Análisis

Miguel Redondo

Profesor de la Universidad de Sevilla

Los suelos del norte de Sevilla

El proyecto no puede seguir pese a que gran parte de la parcelas se están urbanizando ya

La sentencia del 4 de octubre de 2018 del Tribunal Supremo puede ser una nueva oportunidad para el norte de Sevilla. El plan de desarrollo urbanístico de los terrenos de San Nicolás Oeste, situados junto al aeropuerto de San Pablo, que se aprobó en 2013 para la expansión de la ciudad por esa zona ha sido radicalmente tumbado por el Tribunal Supremo. El proyecto no puede seguir adelante a pesar de que gran parte de las parcelas están ya enproceso de urbanización.

La Sala de lo Contencioso Administrativo de la Sección Quinta del Supremo emitió una sentencia, el pasado 4 de octubre, en la que declara la "nulidad" del plan parcial de San Nicolás Oeste "por ser contrario al ordenamiento jurídico", ya que este plan nunca incluyó el informe económico obligatorio para llevarse a cabo. El fallo indica que las partes reconocen "abiertamente que el plan parcial no contiene un estudio de sostenibilidad económica", aspecto que había denunciado un particular y que rechazó el TSJA, declarando válido el proyecto urbanístico, porque no lo consideraba preceptivo.

El Supremo, en cambio, no comparte esta postura y ha decidido tumbar todo el proceso, que vuelve a su punto de origen.

Tanto los terrenos de San Nicolás, como también los más próximos a la ciudad incluidos en el sector SUO-DMN-01 Buen Aire, con los últimos documentos y trámites, que sepamos, paralizados desde final del año 2014, se encuentra en una situación poco clara en la actualidad con reclamaciones millonarias de los promotores a las arcas municipales desde finales del año pasado.

Ambas iniciativas, los terrenos de San Nicolás y del Buen Aire, limítrofes y en la zona norte de la ciudad, responden a propuestas expansionistas, fruto de momentos de altas expectativas lucrativas, que resultaron quebradas por la crisis financiera. Actualmente, fruto de una situación de menor demanda, con la doctrina urbanística, política y social que aboga por iniciativas de regeneración y reutilización urbana, y no tanto de expansión territorial, conviene repensar algunas propuestas urbanas como las anteriormente señaladas.

En el Plan General de 1963, de Pablo Arias y otros, esos territorios del norte estaban fuera de la ronda de circunvalación y aún no se pensaba que llegasen a ser urbanos. En ese momento, hace más de cincuenta años, el plan general planea una ambiciosa red de comunicaciones que vertebrarían y favorecerían el desarrollo equilibrado del territorio municipal. En dicho plan se propone una vía de circunvalación de Norte a Sur bordeando por el Este todo el núcleo urbano. Sin embargo, la realidad traería muchos años después una realidad menos generosa y eficiente en cuanto a las dimensiones de las infraestructuras viarias de la ciudad.

El desarrollo de la zona norte se empieza a plantear a comienzos de los años 60 del siglo XX. Luis Recaséns proyecta la primera Unidad Vecinal de 500 viviendas para el nuevo barrio de Pino Montano en 1967 (no construido). Entre ese año y la Exposición Universal del año 1992 se sucedieron numerosos planes y proyectos que en este texto no es posible resumir. Con la Expo 92, las prisas, y otras cosas, nos dejaron por suerte, y también por desgracia, la ronda de circunvalación SE-30.

Sobre todo al norte de la ciudad se resuelve de una manera incomprensible, e inadmisible, aún más 25 años después de finalizar el evento del 92. Se crean varias rotondas con semáforos, además de un paso subterráneo. Pero esos elementos no resuelven el enorme asilamiento urbano y el impacto medioambiental y de seguridad que genera el paso del tráfico que viene conducido desde el Sur y el Este de la ciudad y se dirige al Norte o en dirección a la autovía de la Plata. A ninguno de esos vehículos se les ocurrirá buscar, y encontrar, la Ronda Supernorte para esquivar semáforos y peligrosas rotondas.

Pero beneficiando el tráfico, y el medio ambiente, con la propuesta de esa nueva conexión viaria que se realiza ahora, aún es posible alcanzar un beneficio mayor. Romper el terrible aislamiento urbano que la SE-30 supone para todo el barrio de Pino Montano. Según el censo de 2015 unas cuarenta mil personas. Según otros cálculos, casi un tercio más.

Para resolver este aislamiento sólo habría que proponer la construcción de aproximadamente un kilómetro de autovía con pasos elevados o subterráneos. En el plan actual de la zona del Buen Aire, que se puede consultar en la Gerencia de Urbanismo, se plantean las ahora famosas rotondas de enormes dimensiones que resultan ser complejas y poco fluidas. Desde la actual rotonda norte del polígono Calonge, al extremo norte de la calle Metalurgia, junto a las gasolineras, bordeando las líneas ferroviarias y las fincas existentes en la zona, y por el Este del sanatorio de Miraflores se podría conectar, mediante un nuevo nudo de enlace con la Ronda Supernorte.

Sin duda una propuesta compleja, tal vez cara y de laboriosa y sutil gestión y negociación, entre dolidas partes, afectadas por tantas promesas y acuerdos fallidos. Además de algunos pequeños propietarios, el Estado, el municipio, la Diputación, comunidades de regantes, Renfe y Adif, importantes inmobiliarias y conocidos grandes propietarios privados. Pero desde luego, a juicio de muchos, justa y necesaria para el tráfico, para la ciudad y sobre todo para tantos vecinos de las 175 hectáreas del barrio de Pino Montano, y también de otras zonas más al Oeste, hasta llegar a la rotonda olímpica, que escaparían del enorme tráfico que vienen soportando desde hace más de 25 años.

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