Es curioso que el barómetro sevillano del Centro Andaluz de Prospectiva que preside Antonio Pascual, con el apoyo de la Cámara de Comercio, que preside Francisco Herrero, insista en que la ampliación del Metro es la prioridad de infraestructuras para los sevillanos. El mismo día en que Pedro Sánchez se ha comprometido a hacer esa ampliación con Susana Díaz, según dijo ella misma en la Moncloa. El 66% de los sevillanos consideran que es prioritario. Por el contrario, la ampliación del tranvía a Santa Justa no tiene demasiados partidarios. Sólo el 32% (un tercio de los sevillanos) lo aprecia como una prioridad.

Algunos todavía se preguntan si es necesario. Se ha difundido la idea (en algunas mesas redondas y coloquios) de que el tranvía es lo más sano y ecológico que se ha inventado. El alcalde, Juan Espadas, espera que las obras sean licitadas a partir de noviembre. Sin embargo, ha tenido menos eco el rechazo que ha provocado en sectores considerados progresistas. Ecologistas en Acción presentó alegaciones al proyecto que tanto gusta a Juan Espadas, acusándolo precisamente de causar un grave deterioro para el Medio Ambiente. Reclamaban que sea sustituido por un autobús rápido (BTR) en plataforma especial y con prioridades semafóricas.

¿Y por qué? Con el arboricidio de Sevilla topamos. El proyecto del tranvía obligaría a apear árboles de San Francisco Javier y Luis de Morales, con un eventual perjuicio porque son especies de las que absorben más CO2. A veces ya se sabe que más vale cortar por lo sano, cuando los árboles están irrecuperables y hay un expediente detrás. Pero, en este caso del tranvía a Santa Justa no era por lo sano, sino por abrir huecos.

El asunto es opinable. Desde el principio, se ha visto que este tranvía no es tan necesario como otras obras públicas. El actual Metrocentro termina en la estación ferroviaria de San Bernardo, donde hay conexión con los trenes de Cercanías a Santa Justa. Pasear el tranvía por Nervión tampoco es una gran necesidad, porque la línea 1 del Metro tiene parada en Eduardo Dato y conecta con la Puerta de Jerez.

Es curioso que puedan existir recelos desde una perspectiva ecológica, cuando tampoco parece una prioridad que mejore sustancialmente el transporte público. Hay otras necesidades más urgentes y evidentes. Eso ya lo sabe hasta Pedro Sánchez. Falta que se note.

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