TODOS los trenes atropellan a este Betis tan vulnerable y ha tenido que caer a lo más hondo y encontrarse más desvalido que nunca para que ahora aparezca la AFE en el papel que siempre debió seguir y dejar de ser un sindicato amarillo. Quiere el sindicato de los futbolistas españoles que todo el peso de la Ley caiga sobre los incumplidores y entre los incumplidores, según AFE, figuran los clubes que se acojan a esa trampa legal que es la Ley Concursal. Suspensión de pagos para todos los acreedores menos para los futbolistas, lo cual me parece correcto por mucho que esto coincida con la peor situación del Betis en su centenaria vida.

El peso de la Ley debe caer contra los que delinquen, pero, al paso que vamos, los descensos proliferarían y se sucederían en una cadena macabra. De esta forma, la Segunda y la Segunda B van a convertirse en unos inmensos vertederos donde darán con sus huesos clubes de toda laya y hasta podría producirse el sarcasmo de que fuesen muy numerosos los paganos mientras otro tipo de delincuentes morarían en Primera. Incluso clubes como el Hércules, que ha arribado a la zona noble de nuestro fútbol por caminos tortuosos, seguiría viviendo ahí, pues no sólo no le debe dinero a sus futbolistas sino que presuntamente hasta tuvo parné como para untar a futbolistas ajenos.

Huele que apesta el fútbol del actual campeón del mundo y no se hace nada por mitigar la fetidez. Mientras los mandarines miran para otro lado, el sindicalismo de los artistas del espectáculo amenaza con hacer las cosas como siempre debieron hacerlas. Y esto puede coincidir con un Betis al que desde dentro han ido dejando sin defensas y con el sistema inmunológico de un desnutrido. Que baje el que no le pague a sus futbolistas, pero también debe penar el que les paga a los que no son suyos. Ahora bien, como la amenaza de Rubiales el de la AFE llegue a puerto, la Primera y la Segunda van a quedarse macabra y trágicamente desertizadas.