La ventana

Luis Carlos Peris

Adiós al más celoso guardián de la sal gadita

CARACOLERO como no podía ser de otra manera, Chano Lobato ha ido a morirse en el año que se cumple el centenario del nacimiento de Manolo Caracol. Gadita total, de Santa María, podía considerarse como el guardián del compás salinero, eso que nacía en la barriga de Enrique el Mellizo y que continuaría Aurelio. Chano lo mismo te cantaba por cantiñas que te contaba una historia, lo que le entroncaba con otro genio de la Tacita de Plata, el Beni. Muchas de las historias que Chano le atribuía a aquel fantástico embustero que era Ignacio Ezpeleta eran de cosecha propia, que no podían salir de una mente que no fuese la muy calenturienta de Chano. Decía que venirse a Sevilla, gracias a Rafael el Negro, fue la tabla donde se agarró a la vida, pero lo que no podía imaginar es que la muerte le llegase justo en el centenario de Caracol, casualidad estimable para un caracolero como él.

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