Adiós a los premios Goya

La Academia del Cine prefiere las rotaciones. Salen de gira y así van conociendo España, que está irreconocible

La gala de los premios Goya que organizaron en Sevilla, en 2019, fue la mejor de la historia. La gala de los premios Goya que organizaron en Málaga, en 2020, fue la mejor de la historia, según algunos; y un petardo, según otros. Desde que salieron de Madrid, estos premios están como nunca, o eso dicen. Por el contrario, los críticos se dedican a criticar y lamentan que estos premios son insoportables, además de que se les ve el plumero, políticamente hablando. Cuando Sevilla acogió los mejores premios Goya de la historia, el alcalde Espadas insinuó que la ciudad podría aspirar a organizarlos todos los años. No sé si lo llegó a decir, o se supone que lo dijo, o estuvo a punto de decirlo. Ya nada es seguro. Pero algunos se las prometían muy felices.

En 2020 se han ido a Málaga y en 2021 se da por casi seguro que le tocará a Valencia. En 2020, en la capital de la Costa del Sol, han estado como en casa. Era lo normal, si le iban a entregar el premio al mejor actor a Antonio Banderas, y el premio especial a Marisol/Pepa Flores. Se sabía que ella no iría a la gala, pues no asiste a nada. Aún la recuerdan algunos en aquella portada de Interviú, pero después no se la ha visto ni en pintura. Es como el escritor Thomas Pynchon, que mandó a un payaso para que recogiera en su nombre el National Book Award, porque él se ocultaba. Pepa Flores mandó a sus hijas María Esteve y Celia Flores, y pasó del artisteo. He leído: "En Málaga esperaban a Pepa Flores y apareció Pedro Sánchez". No es lo mismo, eh. Sólo faltó que aparecieran en la gala la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, con el ministro Ábalos.

En Valencia anuncian que en 2021 les tocará a ellos, que celebrarán el Año Berlanga. El alcalde, Joan Ribó, ofrece como sede la Feria de Valencia. En Málaga pusieron el pabellón Martín Carpena patas arriba, mientras que aquí bastó con utilizar el palacio de Fibes, que es amplio, y permitiría organizar los Goya todos los años. Pero la concesión a Sevilla fue flor de un día, y si te he visto no me acuerdo.

La Academia del Cine prefiere las rotaciones. Salen de gira, y así van conociendo España, que está irreconocible. Puede que algún año vuelvan a Barcelona, si se lo piden, y no se inventa Ada Colau otros premios más catalanizados. Puede que algún año vuelvan a Sevilla, si no tienen otro lugar a donde ir. A unas malas podrían crear los premios Velázquez, que como pintor no era inferior al cabezón, y competir sanamente con los otros. Aquella posibilidad de que Sevilla se convirtiera en la sede permanente de estos premios ya parece descartada. Hay que buscar alternativas.

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