La ventana

Luis Carlos Peris

Adiós triste a un paraíso para la tertulia

DUELE pasar por la Avenida y comprobar que lo que fuese Bar Correos, luego Ibense y últimamente otra vez Cafetería Correos ha cerrado sus puertas. No se trata de un barquinazo más, ni muchísimo menos, que bueno es Paco Hermosilla como para que un negocio se le vaya de las manos. Es porque concluyó el contrato de arrendamiento y se produjo un desencuentro a tres bandas que ha hecho desistir a la empresa de seguir con el negocio. Por eso, cuando se pasa por la Avenida de la Constitución y la vemos repleta de la vida que ha cobrado con la peatonalización comprobamos con tristeza cómo esa heladería en la que tantas noches de verano mantuvimos tertulia con amigos y conocidos ha bajado la persiana. No ha sido por un barquinazo más en este tiempo proceloso en que tanto abundan, sino porque hay veces que para qué seguir luchando por mucha tristeza que provoque el adiós.

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