Tomás garcía rodríguez

Doctor en Biología

Agentes infecciosos e inmunidad

Las actuales normas restrictivas originan efectos indeseables en la salud pública

El principio atribuido a Hipócrates de primum non nocere, "primero no hacer daño", debería ser la guía en cualquier procedimiento de salud pública. Las acciones generales en la praxis médica pueden resultar perjudiciales, en su conjunto, si se producen daños irreparables por atender solo a una enfermedad.

Del coronavirus SARS-CoV-2 se conoce casi todo, pero su evolución y su incidencia real en la población han sido sometidas a todo tipo de interpretaciones. Se pueden considerar los fallecidos por Covid-19 en la provincia de Sevilla, con dos millones de habitantes, que ascienden a 550 desde el inicio epidémico hasta finales de octubre, mientras la capital -con setecientos mil- registra 225 decesos en dicho periodo. Esta baja tasa de mortalidad -0,03%- es muy similar a la de toda Andalucía, a pesar del elevado número de casos detectados en pruebas diagnósticas masivas. Es conveniente recalcar que un positivo indica que una persona es portadora del virus, pero no forzosamente que sufra la enfermedad, pues cualquier organismo sano contiene miles de gérmenes. Sin embargo, se suele incidir en el posible colapso hospitalario, cuando esta circunstancia puede verse agravada por los estrictos protocolos aplicados a aquellos que ingresan en centros médicos, con cualquier enfermedad: pruebas y aislamientos determinan que muchos pacientes permanezcan en ellos más tiempo del necesario.

Se ha redactado recientemente la Great Barrington Declaration, un manifiesto promovido por profesores de las universidades de Harvard, Oxford y Stanford, firmado por decenas de miles de científicos y epidemiólogos de tendencias ideológicas diversas. En esta equilibrada propuesta se aboga por una atención focalizada en las personas vulnerables -ancianos, marginados, inmunodeprimidos- y por una vida normalizada del resto de la población enfocada a adquirir inmunidad natural, única arma eficaz para luchar contra un agente viral que se extiende ya por todos los rincones del planeta. Las actuales normas restrictivas originan efectos indeseables en la salud pública: deficiencias en la atención a accidentes cardiovasculares y a embarazadas, menores detecciones precoces de cáncer, deterioro de la salud mental...

Existen múltiples enfermedades infecciosas y contagiosas fuera de control que originan millones de muertes anuales, sin vacunas eficaces, para las cuales no se aplican medidas drásticas: tuberculosis, sida, gripe, resfriado común, erisipela, fiebre reumática, malaria, sífilis... No es moralmente aceptable imponer procedimientos que causen daños irreparables a muchos, lo correcto es luchar para salvar enfermos sin perjudicar al resto.

"El lobo blanco del invierno,/ el lobo blanco viene,/ con los feroces ojos inyectados/ en sangre helada, fijos y crueles./ ¡Maldito lobo invierno, que te llevas/ los viejos y los débiles!/ ¡Tregua! Seamos amigos.../ La tibia paz entre nosotros reine/ en torno de la lámpara, que esparce/ la tranquila poesía del presente"(Manuel Machado).

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