Estoy convencido de que la capacidad que para insuflar ilusión tiene Alberto Máximo, los niños de Sevilla no van a quedarse sin el sueño que supone para todos la llegada de los Reyes Magos. Ni la pandemia, ni la madre que la trajo a este valle de lágrimas va a interponerse en el camino de este galeno que ya es de pleno derecho el heredero directo de Jacinto Ilusión. Seguro que no habrá Cabalgata y que como nos quedamos sin Semana Santa y sin Feria vamos a quedarnos sin la alegría de ver a Melchor, Gaspar y Baltasar repartiendo ilusiones por las calles de la ciudad. Y no es que vayamos a comernos un arroz con pollo sin pollo y casi sin arroz, pues los niños y los padres de Sevilla disfrutarán de la presencia de los Magos de Oriente en esa noche de insomnio que precede a la fiesta. Se lo ha propuesto el presidente del Ateneo y seguro que la cosa funcionará, claro que sí.
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