Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Alguien debería explicarlo

¿Cómo es posible que a estas alturas el Ayuntamiento no le haya metido mano al problema del taxi?

Alguien le debe una explicación a los sevillanos y ese alguien debe andar por la Plaza Nueva, desde donde se supone que se manda en la ciudad, o por sus aledaños. ¿Cómo es posible que a estas alturas, con el tiempo transcurrido y con las evidencias que se han puesto encima de la mesa, no se le haya metido mano al problema que representa en Sevilla el comportamiento de un sector del taxi? No es una cuestión sólo del actual gobierno municipal. En eso Juan Espadas, por mucho que intente desviar la responsabilidad, no está haciendo mucho más que Zoido, que no hizo nada. Y la cuestión hunde sus raíces en la época de Monteseirín. Llevamos años soportando lo que los informes policiales no dudan en calificar de comportamientos sectarios y mafiosos en los taxistas que han ocupado la parada de Aeropuerto, la tarjeta de visita de la ciudad para turistas y visitantes, y casi lo han hecho con la de Santa Justa.

Esconderse detrás de una supuesta falta de competencias del Ayuntamiento para abordar la cuestión no cuela. Una ordenanza municipal debe servir para estas cosas y si no es que está mal planteada. Seguro que, como dice el concejal Juan Carlos Cabrera, no se puede desposeer de su licencia a un profesional hasta que haya una sentencia firme que lo respalde. Faltaría más. Pero seguro que la autoridad municipal tiene competencias regulatorias capaces de impedir que un grupo sin más fuerza que la de la imposición se adueñe del servicio de recogida de viajeros en el Aeropuerto y que con sus prácticas abusivas termine manchando el nombre de un colectivo en el que la mayor parte de los profesionales seguro que no aspiran a otra cosa que a dar un servicio eficaz a sus clientes y llevarse a su casa un salario digno.

Esta semana publicábamos como en la etapa de Zoido unas ochocientas denuncias que se habían interpuesto ante el organismo municipal encargado de controlar el taxi quedaron sin tramitar. Una dejación difícil de explicar. Pero no lo ha hecho mucho mejor la actual corporación porque no se ha avanzado nada en la solución de los problemas. Estamos cómo estábamos.

A final parece que va a ser la Justicia la que mediante una investigación sumarial va a empezar a poner las cosas en su sitio. Por lo pronto, ya henos visto informes policiales en los que se llama a las cosas por su nombre y se describen con detalle prácticas de intimidación que son inadmisibles en un sistema democrático. Si la solución viene finalmente de manos de los tribunales -ojalá que sea así- será porque el Ayuntamiento no ha cumplido su obligación en un tema importante para la ciudad. Y alguien tendría que dar una explicación.

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