PARA muestra de cómo va a ser el curso para el Betis, el ambiente que se ha creado en Alicante ante su visita de esta tarde. Invitados de piedra y algún resentido se han encargado de poner aquello como una caldera en contra de un Betis que así se dará cuenta de lo que le espera. El convidado es el tal Ion Becali, un rumano que estuvo a punto de hacer un disparate cuando comprobó cómo Lopera pretendía, y conseguía, liquidar el finiquito de su pupilo Filipescu. No ha dicho Becali muchas cosas que sean desconocidas, pero bien que ha aprovechado el hombre para esperar y servirse el plato de la venganza como mejor sabe, en frío.

Y si Becali se explayó con Lopera, al poco surgió Tote para hacer lo propio. Tote, que es un inoportuno de nacimiento, metió también en el canasto a Serra y por ahí se quedó desnudito de razones. Serra lo echó cuando vio que era irrecuperable para la causa y tan mal no le iría al Betis, pues aquel curso terminó cierto 11 de junio en el Calderón, gol de Dani en la prórroga a Osasuna, ¿recuerda? Por lo demás, tampoco ha mentido demasiado el hombre, un futbolista que pudo llegar a lo más alto pero que se convirtió en un sobrevalorado que ha ido nomadeando hasta ubicarse en un Hércules sin grandes exigencias hasta el curso pasado, en fin...

Lo único importante es que el Betis tiene una prueba de mucho calado ante un Hércules que pretende lo mismo y que, además, debe estar más adaptado al rústico paisaje de la Segunda División. La última vez que el Betis jugó en el Rico Pérez ganó con gol de Alfonso y era en Primera División, qué tiempos... Ahora las cosas cambiaron para muy mal y, por si fuera poco, en esa deriva de hacer enemigos por todas partes se ha encontrado el Betis con la aparición de dos que permanecían emboscados y a la espera de una ocasión como la de esta tarde en Alicante. Es a las siete y a partir de ahí podrá comprobar el Betis qué duro es el calvario en que lo han metido.