Nuevo zafarrancho en el nomenclátor urbano originado por esa izquierda radical que quiere darle un vuelco a la Historia casi ochenta años después del último parte de guerra. Ridícula decisión que sólo hace repetir ridículos tan ridículos como el de confundir a uno de los últimos de Filipinas con un general de clara vocación golpista, o a un torero de principios de siglo con su hijo, también torero y muerto en el frente de Peñarroya. Romero Murube, Pemán y el inventor del autogiro son algunos de los nombres que quieren erradicar del callejero. Lo promueven esos que viven obsesionados con algo que dimos por olvidado cuando volvieron del exilio personajes que también tenían las manos llenas de sangre. El cuento de nunca acabar, como si se quisiera ganar una guerra que en vez de avergonzarnos cada día aparece más manoseada. ¿Hasta cuándo esta locura?
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios