Lel alcalde de Sevilla ha planteado en Madrid la necesidad urgente de financiación para tres cuestiones vitales: el enlace Santa Justa-Aeropuerto, la ejecución de la línea 3 del Metro y la ampliación del Museo de Bellas Artes. La conexión con el aeropuerto es clave para poder recibir todo tipo de acontecimientos culturales, turísticos y económicos que se apoyen en Fibes, los estupendos auditorios de Cartuja y la nueva y flamante planta hotelera. La línea del Metro es esencial para los movimientos internos de la ciudad, al enlazar con la existente en el Prado y conectar los hospitales de Macarena, Virgen del Rocío y Valme con una gran población y relacionarse con la futura Ciudad de la Justicia y los nuevos crecimientos al sur. Y queda la ampliación del Museo de Bellas Artes, que parece una cuestión menor frente a las inversiones y funcionalidades de las infraestructuras demandadas. Pero no es así. Para mí es, además de una necesidad de la ciudad para afirmar su oferta cultural, un indicador del desarrollo de las ciudades con las que nos jugamos, además de la mejor oferta cultural, el prestigio que luego se traduce en tantas otras cosas, como son Bilbao y Valencia.

El Museo de Bellas Artes de Sevilla tiene una superficie total de 7.780 metros cuadrados y se ha previsto ampliarlo con el palacio de Monsalves de unos 2.800 metros cuadrados. En total, algo más de 10.500 metros cuadrados de superficie, con las limitaciones funcionales de los edificios catalogados como el de la calle Monsalves, aunque siempre aportan valores culturales. El Museo tuvo una primera adecuación importante en los años cuarenta, una breve y algo fallida en los setenta y una buena reforma entre 1985 y 1990, que es el edificio que disfrutamos ahora, con una acertada dirección de su equipo actual, que cada vez que tiene que acometer una exposición especial deben medio desmontar la exposición permanente, con los trastornos y gastos que ocasiona. Por otra parte, los importantes legados que ha recibido y su notable obra en papel no están expuestos. Y con la ampliación se resolverían inicialmente parte de estas cuestiones y mejores servicios a los visitantes.

Ésta es la ampliación que está planteada. Entretanto el Museo de Bellas Artes de Valencia también ha tenido obras de mejora en los años cuarenta, setenta y en los ochenta hasta 2013, con lo que ha conseguido unas instalaciones museísticas de 14.000 metros cuadrados. Y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, que también procede de adecuaciones en los años cuarenta y setenta del pasado siglo, tiene en marcha una ampliación de casi 30 millones de euros que en 2024 aportará 6.500 metros cuadrados de nueva edificación y la remodelación de los 8.000 ya existentes. Con lo que ambos superarán muy pronto ampliamente al nuestro en instalaciones, ya que aún no están previstas las obras en Monsalves. Así que la querida creencia de que el Museo de Sevilla es la segunda pinacoteca de España, habrá que matizarla y mucho si no nos lo tomamos en serio.