DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Visto y oído

Antonio / Sempere

Anomalía

AHÍ sigue Repor, infravalorado, sumido en las madrugadas, sin promoción, sin apoyo, sin poder llegar a su audiencia potencial, que va mucho más allá de la real. Ahí sigue Repor, en su limbo, presentando entregas memorables. Recordemos las dos últimas para constatar la precisión con la que trabaja este equipo. En Seis grados de indignación los reporteros mostraron la teoría de que todos estamos conectados con apenas seis grados de separación siguiendo a los participantes en los movimientos de indignados de varias localidades. En Futbolitis el título es tan explícito que huelgan comentarios.

Sin embargo, la envergadura, la osadía y la capacidad para poner el dedo en la llaga de los herederos de Línea 900 se topa con el problema de la indiferencia de los programadores, desde el primer día empeñados en situarlo a la una de la madrugada, cuando ya han quitado las calles y la mayoría del pueblo llano dormita.

Humildemente, tengo mi teoría sobre el porqué de esta situación viciada. Parece que en TVE se tiene la idea de que todo lo que viene del centro de producción de Sant Cugat del Vallés tiene que ir en La 2. Y es verdad que en los últimos tiempos el dinamismo de las cocinas en tierras catalanas está dando sus frutos. Al eterno Saber y ganar se han sumado multitud de espacios, desde La mitad invisible hasta Somos cortos, pasando por el imprescindible Para todos La 2, sobre el que otro día llamaremos la atención, que se han instalado plácidamente en su territorio natural: el canal de la cultura y la participación ciudadana.

¿Pero qué ocurre con Repor? Que cometió el pecado de abandonar el ostracismo de La 2 y saltar a La 1.

Y en Madrid no quieren saber nada de él. Así de claro.

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