La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Antaño eran tres jueves brillantes

Amanece uno de esos tres jueves que relucían más que el sol y voy al pretérito porque el de la Ascensión quedó orillado tras desteñírsele el rojo en los almanaques. Día grande el de hoy y día de madrugón para ver la procesión que acompaña a la hermosa Custodia que cinceló el gran orfebre leonés Juan de Arfe en el Siglo XVI. Sólo una pega a la cosa y es la insufrible cantidad de gente en el cortejo para convertirla en un suplicio interminable. Con la mitad de la mitad de acompañantes, la procesión ganaría y los espectadores lo agradecerían. Cierto sentido de la medida contribuiría a mejorar una procesión que posee un poder de convocatoria extraordinario. Estamos, por tanto, ante uno de esos días que Sevilla ofrece dentro de su enorme caudal de ofertas y que se ha quedado junto al Jueves Santo como uno de los dos jueves del año que relucen más que el sol.

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