La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Apagados los faroles lucen los grillos

Lucía rutilante la Plaza San Francisco cuando el manto de la noche aún no se abatía sobre el domingo sevillano y se apagaban las tabernas, algo así como en el lorquiano se apagaron los faroles y se encendieron los grillos. Triste contrapunto que deja el ánimo a media asta por mucha consideración que se tenga con el proceder de la cosa. En el reloj consistorial daban las ocho campanadas y no sonaban a repique precisamente, sino pareciendo que doblaban por una ciudad que se sentía morir una vez más, por enésima vez tras aquel 14 de marzo de 2020 que ya está marcado en el calendario negro de la ciudad. Siempre la noche del domingo sonó en do menor en su galope hacia el lunes, pero en esta Sevilla engalanada, ese temprano arriar de las persianas en el que sería domingo exultante en el Real sonaba a gorigori por las víctimas, que no sólo de Covid muere el hombre.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios