TIENE que herir en el orgullo profesional que durante la narración de un partido decisivo te obliguen a promocionar una serie, una y otra vez, como si en lugar de un comentarista te convirtieran en un tombolero. José Antonio Luque intentó convencernos al menos seis veces durante la Champions para que viéramos La chica de ayer. Las cadenas nuestras, con el agua al cuello, impregnan de autobombo cualquier oportunidad.

Pedro Piqueras dedicaba varios minutos de su informativo del miércoles a José Manuel Lucia, un buen concursante de Pasapalabra que Telecinco desea elevar a héroe nacional. Piqueras llegó a dar paso a una reportera destacada en el pueblo natal de Lucia (vaya gasto de dinero y esfuerzo), donde estaban lanzando fuegos artificiales en honor a su paisano que se había llevado el bote del programa (396.000 euros que están lejos de los 2 millones que en A-3 alcanzó, con un rosco superfacilón, Eduardo Benito.) Telecinco quería convertir en notición gomaespumero un asunto anecdótico que siempre se ha despachado, como mucho, en un magacín tontorroncete. Un concursante nunca podría ser protagonista de un informativo que quisiera mantener su prestigio y su credibilidad, pero ya vemos que no estamos ante el caso. Piqueras aliña ahora sucesos con autopromociones.

El colmo del narcicismo comercial de ese noticiero fue la conexión en directo con Jesús Vázquez, pajarita a lo Kiko Ledgard, en el estreno del nuevo OT. Por allí andaba Ramoncín, ex rey del Pollo Frito y directivo fenicio, para garantizar mala leche. Pero, de improviso, también se fichó a Risto, que se presentó diciendo que no venía a quitar protagonismo a los concursantes, antes de ponerse a cortar cabezas con la lengua. "Este año esto es Lluvia de estrellas sin maquillaje", definió por la poca personalidad de los aspirantes. Lleva toda la razón.