la tribuna

Manuel Maestre Barrajón

Autónomos: la hora de los valientes

CUANDO todos los planes fallan y el estado de cosas que pensábamos infalible parece desmoronarse sin remedio, dicen que los relojes de la economía están próximos a marcar la hora de los valientes. No dejamos de oír en los últimos meses cómo desde todas las instancias políticas, económicas y sociales se invoca hasta la saciedad a los autónomos y a los "emprendedores" como el factor dinamizador clave para la recuperación de nuestra maltrecha economía. Vemos que la alarmante destrucción de empleo y el cierre de miles de empresas empuja de igual modo con la fuerza de una corriente insalvable en esa dirección, pues son cada vez más los desempleados que optan por el autoempleo como opción vital y laboral para sacar adelante sus familias. España ha caído de repente en la cuenta de que el futuro tiene mucho que ver con los emprendedores, y por tanto, con los profesionales autónomos y los pequeños empresarios. Con los valientes.

Como agente comercial, estoy familiarizado con esos conceptos ahora tan en boga y esa manera de concebir la vida y el trabajo. El Consejo General de Colegios de Agentes Comerciales que presido ampara y representa a más de 50.000 profesionales de la venta de España. Un amplísimo porcentaje de estos agentes comerciales está formado por profesionales autónomos, que trabajan por cuenta propia en régimen de agencia, gestionando las relaciones comerciales de las miles de empresas a las que representan.

Cuando oigo hablar de emprendedores, pienso en los agentes comerciales de España. Porque, ¿cómo calificar a alguien que trabaja por su propio riesgo y ventura, no depende de una nómina, y es en sí mismo su propia empresa? No se me ocurre mejor calificativo para unos profesionales que, con su trabajo cotidiano, hacen germinar relaciones comerciales allí donde no las hay y salen cada mañana, al rayar el alba, a batirse el cobre en busca de nuevos clientes, nuevos mercados y nuevas oportunidades de negocio para las empresas a las que representan. Su único límite es su capacidad de venta y negociación y la de su mercado, y su riesgo profesional es el de los productos o servicios que gestiona. ¿No es eso emprender?

No es casualidad que una de las profesiones más demandadas por las empresas españolas sea precisamente la de agente comercial. Las empresas necesitan, hoy más que nunca, profesionales capaces de dinamizar las relaciones comerciales y abrir nuevos caminos.

Porque no parece que baste con limitarse a repetir la palabra emprendedores en mil y un discursos, tertulias, debates, tuits y telediarios. Los expertos en gestión de la innovación abogan por un cambio de 180 grados en la mentalidad y la cultura empresarial de este país. De otra forma, seguiremos asistiendo a noticias como que el abrumador 30% de nuestros estudiantes aún aspiran a convertirse en funcionarios y que sólo 8 de cada 100 universitarios españoles piensa en montar su propio negocio. No pasa igual en Estados Unidos, donde el 70% de los universitarios sueñan con crear su propia empresa. No es casualidad que este país se autodefina como el hogar de los valientes.

El Consejo General de Agentes Comerciales reivindica la necesidad de que el Gobierno impulse nuevas medidas urgentes de apoyo a los emprendedores y a los profesionales autónomos, como la única vía de reactivar la economía a corto plazo. Entre estos mecanismos, los agentes comerciales unen también su voz a quienes claman al Gobierno que se modifique el sistema de tributación del IVA, de manera que los autónomos españoles no tengan que anticipar al Estado el pago del IVA de facturas no cobradas.

Además, después de las últimas medidas aprobadas por el Gobierno, no sólo seguiremos pagando el IVA de las facturas no cobradas, sino que además pagaremos uno de los más altos de Europa. A esto hay que unir el fuerte aumento de las retenciones en el IRPF que sufrirán los autónomos que prestan servicios profesionales, pasando del 15 al 21%. Es otro varapalo más.

Por todo ello, reclamamos la puesta en marcha de una Ley de Emprendedores. Para que, definitivamente, y de una manera real y efectiva, todo aquel que se decida a emprender un negocio o iniciar una actividad, cuente con el mayor de los respaldos y las máximas facilidades. A nadie se le escapa que habrá que incluir, como elemento vital, políticas que incentiven con mayor decisión la apertura del flujo crediticio desde las entidades financieras hacia particulares y empresas.

Porque cada emprendedor que se decide a emprender, cada profesional que inicia, o logra mantener, su actividad por cuenta propia, como hacen muchos agentes comerciales a los que me enorgullezco representar, aleja a este país un paso más del abismo y nos acerca a todos, un paso más, a la ansiada recuperación.

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