DAVID Bustamante es ese buen chico que pasó de la tele a los escenarios y que por su sonrisa y desparpajo igual es el invitado ideal de El Hormiguero, aunque se lo quiera poner difícil el perejil de Pablo Iglesias, el Will Smith blanco, como se convierte en miembro del jurado del Factor X bailarín. Sí, de ese Got Talent de los descoyuntados, de este Top Dance de los lunes de Antena 3 que no aporta nada nuevo en especial pero que tiene todo el armatoste para atraer al gran público.

Sigue la fórmula de los talents de cantantes trasladada al bailoteo, con sus vídeos sentimentales de presentación, su televoto o su academia de convivencia. No es demasiado distinto a La Voz, American Idol o al Operación Triunfo de donde salió Bustamante, que comparte comisión examinadora con dos bailarines de revista, es decir, de portada, Mónica Cruz y Rafael Amargo. Todos son ingredientes acumulados y conocidos, incluso cualquier detalle del plató, para que funcione como gran entretenimiento.

La juventud bailaba con Fradejas, los famosos lo intentaron en el Mira quién baila y el formato más similar a este Top Dance triunfó temporalmente en las sobremesas de Cuatro, Fama. El baile o el bailoteo están pensados para la tele, sin embargo el público español siempre ha huido despavorido del ballet clásico cuando se ha llegado a programar.

En Top Dance, que pasó su fase de casting, se mezclan géneros y aspirantes para ir fabricando impactos. La sorpresa y el crecimiento de los participantes favoritos será lo que pueda conducir al formato a ser una alternativa fuerte de los lunes.

Bailar es más que cantar, por dificultad, por formación y espectáculo, pero el público es más receptivo a poner el oído que a la atención intensa de un show bailarín de tres horas. Es el reto que tendrán que asumir los inquietos convidados de un Manel Fuentes, sonriente y adelgazado, a tono con su entorno. El anfitrión más seguro para una noche de gala en Antena 3.