NUEVAMENTE, el Sevilla dando muestras de sensibilidad con los que fueron labrando su historia centenaria. Otra vez, el Sevilla de José María del Nido demostrando que se hace camino al andar, pero que también conviene echar la vista atrás para reconocer a los que fueron cimentando su andadura. Antes se trataba de dignificar a los futbolistas que ya están en la leyenda y ahora toca que el recuerdo lo compartan los entrenadores.

Se explica muy bien en la web del club cuando, aun reconociendo los méritos objetivos de Juande, sale a colación el nombre de Manolo Cardo, el entrenador que más veces dirigió al Sevilla en toda su historia. Y el premio lleva el nombre de Moncho Encinas, el gallego que llevó al club a su más alta cota con la Liga del 46. Guillermo Campanal, Pepe Brand, Helenio Herrera, Max Merkel complementan el olimpo de técnicos sevillistas, pero ya no están entre nosotros y Cardo, sí.

Recuerdo cómo se produjo el principio de la beneficiosa relación de Manolo Cardo con el banquillo del Sevilla, cómo fue llamado de urgencia para volver por carretera de Alicante a fin de tomar las riendas del primer equipo en presencia del destituido Miguel Muñoz. Y recuerdo cómo debutó, que fue en La Romareda con aquel póquer de goles de Pintinho. Y luego, aquellos derbis que él vivía tan apasionadamente tras un montón de noches en vela.

Es justo el premio, indudablemente justo. Con Manolo Cardo en el banquillo, el Sevilla atravesó su época de austeridad más brillante. Tirando de cantera y con fichajes que más que mejorar empeoraban el vestuario, Manolo se apoyaba en Buyo, Antonio Álvarez, Francisco, Sanjosé, Pintinho... para que el sevillismo vibrase con un equipo tan de la casa. Pero la marcha de Eugenio Montes le cambió el viento en el club y nada fue igual... hasta que le ha llegado el reconocimiento.