EL centro comercial Nervión Plaza también es un buen sitio para ver y oír ópera. Si esta semana, en el Arenal del Maestranza, se estrena una producción del Don Giovanni mozartiano, mañana en la mejor sala del multicines nervionense, con 310 butacas, puede disfrutar de un Barbero de Sevilla que se interpreta en Venecia (Teatro de La Fenice) y se retransmite en directo vía satélite, en alta definición y con sonido digital. En el clásico día del espectador, es un estupendo ejemplo de las opciones que Cinesur impulsa para sacarle más partido a su aforo, dado el creciente consumo en casa de cine capturado en internet.

Este Barbero del Nervión Plaza, mañana a las 19.00, cuesta 15 euros en venta anticipada. En el Teatro Maestranza, con los artistas en vivo, el precio oscila entre los 83 y los 36 euros. Supongo que en el cine el consumo de bebidas y chucherías se dejará para los descansos, cuando los espectadores dejen de estar virtualmente en el corazón de Venecia y en los pentagramas de Rossini. En la entrada no le exigirán que vista de etiqueta. Tampoco lo hacen en el Maestranza, donde el público ya sabe que vestir bien no es llevar abrigo de pieles.

El reflotamiento de la sala de cine como hecho social da pie a que Cinesur ofrezca alquilar una para celebrar cumpleaños con refrescos y golosinas, es el cliente quien elige la película. Y confía en el proyecto Cine Digital para ofrecer a corto plazo audiovisuales interactivos.

Imaginen lo que supondría para la población cercana a los centros comerciales de Sevilla, Camas, Bormujos, Alcalá, Écija, Dos Hermanas, Mairena del Aljarafe y Utrera, si estas experiencias se consolidan, ser espectadores en directo de una ópera en el Liceo de Barcelona, de un concierto de Madonna en Londres, de un ballet en el Bolshoi de Moscú, de un festival de rock en Benicassim o de un show del Circo del Sol en Las Vegas. Las posibilidades son muchas y la tecnología lo permite con calidad y a un coste cada vez más bajo. Es el pantallazo.