PELOTA de partido la de hoy en Cornellá según estemos viviendo el corazón de la siesta. Pelota de partido para Julen Lopetegui por la sencilla razón de que la cuerda siempre cede por su punto más débil y desde que el fútbol es fútbol, el más débil suele llevar el nombre del entrenador de turno. El momento sevillista es complicado, pero tampoco hay que verlo todo negro, pues, por ejemplo, el campo del Espanyol le acarrea buenas vibraciones al Sevilla.

Y espera el equipo de un amigo de la casa nervionense, el gallego Diego Martínez, personaje que se vislumbra como inquilino del banquillo de Nervión en un futuro que quién sabe si estará lejos o cerca. Su tiempo como entrenador del filial sevillista hizo que del club saliese con el crédito alto, especialmente en cuanto concierne a Monchi. Un crédito que multiplicó en sus años junto a la Alhambra y que ahora vive días de rosas tras el gol de Braithwaite en San Mamés.

Ese triunfo sobre la última campana en el Bocho ha logrado que el ánimo en el Espanyol haya salido de la depresión. No se sabe qué pasará, pero enfrentarse a un equipo con el ánimo recuperado suele tener más peligro que si anda en depresión. Y también hay que asirse a los números del Sevilla en Cornellá y estos hablan a favor de la causa, ya que desde enero de hace cinco años y con José Antonio Reyes de goleador periquito no cae la tropa blanca en dicho rodeo.

A continuación, tres victorias seguidas del Sevilla abonan un ánimo optimista. Se la juega Lopetegui y se la juega, sobre todo, un Sevilla que no puede continuar por estos derroteros. Es sólo la quinta jornada, pero recobrar una dinámica menos perdedora es la meta. Barça y City deben dejar de martillear los sentidos y arrumbarlo en el baúl de los malos recuerdos. El fútbol es presente y ese dice que sólo Cornellá y los tres puntos deben ocupar la mente en esta bola de partido.