Pagando al precio de siempre un error de los de siempre, el Betis no obtuvo el premio que su buena imagen merecía, pero lo cierto es que su vulnerabilidad es tan acentuada que lograr premio le resulta complicado. Un gol de Diego Costa en salto que se tragó Bartra fue suficiente para un premio que le asegura plaza para Champions. Fue a través de un partido con indudable protagonismo del VAR, que al fin no perjudicó al equipo verdiblanco

Gracias al VAR, que a buenas horas mangas verdes, el Betis se va por su pie a camerinos en el intermedio, pero la imagen dada es buena, muy buena. Volviendo a la vieja conseja de tener el balón más tiempo que el rival, el equipo se comporta como tal y hasta tiene más de una oportunidad de batir a Oblak. Alexis ha cambiado de centrales y de dibujo, el tándem Guido-Carvalho se posiciona coherentemente y el tiempo transcurre con las posibilidades de hacer sangre compartidas.

Claro que para eso ha tenido el VAR que invalidar dos goles al Atleti que hubieran sido legales en otro tiempo, en aquel tiempo en que ni se sabía de la existencia del caprichoso artilugio. O sea que se llega al descanso con buenas perspectivas si no estuviéramos hablando de una tropa fanatizada por los fervorines del Cholo. Después, soliloquio del Betis que va a acentuarse cuando ve la roja Hermoso por tarascada por detrás a Loren, el hombre que pudo decidir el pleito.

Y es que la ocasión del ariete bético ante Oblak tras jugada personal y llena de rebotes es de las que parecen más fáciles de acertar que de errar. Se suceden las ocasiones béticas, pero marca el recién salido Diego Costa en un lance archirrepetido durante el curso. Pelota parada y bombeada al área bética para que el rival concrete con absoluta tranquilidad. Este Betis de anoche en el Metropolitano tuvo una imagen sin nada que ver con lo anterior, pero goles son amores y...