Nuevo sofocón el que la tropa le deparó a la clientela, lo que no debe mover a extrañeza. El Betis, por siempre y para siempre Real Betis Balompié, diseñó un proyecto basado en llegar a Europa en un periodo de tres años, pero como el modo autodestrucción funciona a la perfección en ese club, pues todo se fue al traste en el segundo año tras haber conseguido la meta el año anterior, justamente dos años antes de lo previsto.

¿Y a qué viene remover el pasado cuando tan inquietante es el presente? Pues porque aquellos polvos trajeron estos lodos, ¿o es al revés, con los lodos por delante de los polvos, con perdón? Lo mismo da que da lo mismo, pero ahora toca purgar el error cometido merced a una exigencia mal entendida por gente que no asimilaba que el equipo perdiese en Huesca o Leganés. Como si en su siglo largo de historia bética no hubiesen proliferado fracasos de ese mismo pelaje.

Pero vayamos al meollo de la actualidad, esa actualidad que se hizo especialmente sangrante a la hora del almuerzo dominical en Anoeta. Ya en puesto de batacazo hay que exigir que se coja al astifino toro por los cuernos y se rectifique una andadura en la que nada tiene que ver lo que ocurre en la yerba con la disposición en los despachos. Rubi no está cumpliendo con las expectativas despertadas y no sólo no está mejorando al denostado Setién, sino que empeora sus registros.

Queda mucha Liga, eso es indudable, pero los puntos que fueron a las cunetas de la Liga, esos no volverán a la calzada. Y creo que se está a tiempo de corregir la andadura, aun cuando sea palpable un hecho indiscutible. Es el de que todos los jugadores, excepción hecha de Loren, están muy por debajo del rendimiento que exhibían y eso es achacable, creo que únicamente, al entrenador. Se hizo muy mal dejando que Setién se fuese aburrido y parece lo de los lodos y los polvos.