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Las dos orillas

josé Joaquín / león

Billetes de 500 euros

DESPUES de anunciar Eduardo Madina que se lo está pensando y quizá se presente para líder del PSOE, después de que Carme Chacón se volviera loca de contenta, habló Alfredo Pérez Rubalcaba. Tuvo una ocurrencia que ha causado sensación: hay que prohibir los billetes de 500 euros. ¿Por qué? Parece que sólo los usan narcotraficantes, estafadores, corruptos, cuentistas suizos, defraudadores fiscales y gentuza así. Además de prohibirlos, según el plan de Rubalcaba, habría que establecer un plazo para que el dinero aflore y paguen impuestos, que se dedicarían a los pobres. Rubalcaba se nos ha vuelto posconciliar, taranconiano, a pesar del aborto, y ahora quiere que el dinero de los billetes de 500 euros se destine a los pobres.

A esto se le puede responder lo mismo que decían los cofrades posconciliares a quienes les pedían que dieran el dinero de las flores a los pobres. Mejor que una limosna es darle un trabajo. Mejor que un pescado es enseñarle a pescar. Si le das dos billetes de 500 euros a un pobre lo has convertido directamente en un mileurista, sin mover un dedo, ni meter a la Hacienda Pública por medio. Rubalcaba, no seas como Maquiavelo, que el fin no justifica los medios, ni los medios justifican el fin. La culpa no la tienen los billetes, que son inocentes, sino los chorizos que los manejan. Esconden en el calcetín, debajo de la cama, cuatro billetes de 500 euros y ya se han apañado el salario de dos mileuristas.

Cuando Alfredo Pérez Rubalcaba era vicepresidente del Gobierno de Zapatero se publicaron unas estadísticas, según las cuales España era el país de la zona euro donde utilizaban más billetes de 500. Siendo un país de los más pobres, era una maravilla tanto poderío económico. Sin embargo, entonces a Rubalcaba no se le ocurrió pedir que prohibieran los billetes de 500 para dar el dinero a los pobres. Eran tiempos en los que Zapatero no tenía muy claro el precio de un café, ni de nada, aunque se sabía que en los bares nadie pagaba los desayunos con billetes de 500, que se dedicaban a otras operaciones raritas, o a guardarlos en los calcetines.

Dice Rubalcaba que él nunca ha visto un billete de 500 euros. Ahí le doy toda la razón. ¿Alguien ha visto alguna vez uno de esos raros ejemplares? Se sabe que existen por haberlos admirado en fotos, o en la televisión. Si les siguieran la pista a quienes los utilizan, para ver a qué se dedican, a lo mejor no era necesario prohibirlos.

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