CONDUCEN por la izquierda, volvieron a la libra esterlina tras una estancia fugaz en el euro, tienen una cocina infame y continúan ejerciendo de okupas en un rincón de Cádiz. Son características indudablemente desagradables del Reino Unido, pero a pesar de todo eso y de muchas cuestiones más que no vienen a cuento estoy abiertamente en contra del Brexit. Es más, la Historia demandará a Cameron por la frivolidad de convocar un referéndum que pueda desgajar al Reino Unido de la Unión Europea. Es demasiado importante Gran Bretaña, tiene un peso indiscutible en la Historia y sólo el hecho de cuál fue su papel en las dos grandes guerras es para que nunca hayamos saldado esa deuda de gratitud. Hoy es el día en que el Reino Unido puede sellar la tragedia que significaría para Europa perder a uno de los miembros del club que más merecen la pena.
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