El balcón

Ignacio / Martínez

No habrá 'Brexit'

EL Brexit, la eventual salida del Reino Unido de la Unión Europea, nos ofrece varios observatorios: desde los mercados bursátiles se divisa con pánico, las encuestas electorales detectan un moderado pesimismo sobre la permanencia y sólo las casas de apuestas contemplan un horizonte despejado para el mantenimiento del statu quo. La Bolsa española lleva tres semanas de caídas. Hay estudios que sitúan las pérdidas comerciales para España entre 1.400 y 1.900 millones de euros al año, en caso de salida de los británicos. Los sondeos dan una ventaja al abandono de hasta siete puntos. Pero las empresas de apuestas tienen clarísimo que habrá permanencia. Con una cierta superioridad y suficiencia sobre los técnicos en sondeos, los expertos en apuestas explican que en las encuestas la gente dice lo que opina en ese momento, mientras que ellos predicen qué ocurrirá realmente el jueves 23 de junio.

Las firmas de apuestas del Reino Unido, Irlanda y otros países otorgan como mínimo un 60% de probabilidades a que se evitará el Brexit. Desde hace un par de semanas en ese mercado se mueve medio millón de libras al día sobre el referéndum británico. Y aunque sin poner dinero sobre la mesa, dos tercios de los gestores de fondos americanos consultados también han respondido que ven el Brexit poco probable. La razón es la misma que argumentan los profesionales de las apuestas: en el último momento, los indecisos preferirán no hacer cambios. Se basan en dos casos prácticos. En las semanas finales de la campaña de 1995 sobre la independencia de Quebec las encuestas daban ventaja a los separatistas, pero a la hora de la verdad perdieron. Igual pasó en marzo de 2014 en Escocia, en el referéndum sobre su salida de Gran Bretaña.

El Reino Unido aporta pragmatismo a la UE, solvencia comercial y fortaleza económica, a pesar de no pertenecer al euro. La decisión de Margaret Thatcher de dejar a la libra fuera de la moneda única en el Tratado de Maastricht, pero permitiendo que el resto de países lo hiciese fue una de las audacias de la primera ministra conservadora. Corría el riesgo, que no se ha producido, de que el gran mercado financiero europeo que está en Londres se trasladase a Frankfurt. Ahora, el resultado del jueves vuelve a poner en un brete a la City.

En todo caso, Cameron ha cometido un error estratégico: la pregunta debería haber tenido como respuesta un sí a quedarse, en vez de un sí a irse. Es más fácil votar en positivo que en negativo. Pero aun así, apuesto que no habrá Brexit. De gratis...

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