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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Visto y oído

Antonio / Sempere

Buena cara

QUE corren malos tiempos es algo sabido. Malos tiempos para la televisión y para la cultura, y para la cultura en la televisión, por supuesto. Cierran museos, la red de teatros públicos tiene problemas para afrontar las programaciones, algunas orquestas peligran. Por eso, para celebrar el Año Nuevo, nada mejor que celebrar públicamente la existencia de La 2. Un lujo a nuestro alcance. Un canal al que algunos no le echan cuentas, como reza el dicho en Andalucía, pero que debiéramos valorar en su justa medida. Porque hoy está, pero mañana puede dejar de existir tal y como hoy lo conocemos.

Viendo todo lo que estamos viendo en el panorama de las televisiones privadas, y teniendo en cuenta los ajustes económicos a que nos continuará sometiendo este gobierno, y a partir del 2012 el que venga, hay que mirar con cierta incertidumbre el futuro de las televisiones públicas, tal y como las conocemos hoy.

Las televisiones autonómicas están dando muy mal ejemplo. Con sus deudas millonarias suman argumentos a quienes quieren privatizar los medios públicos. Y podrían pagar justos por pecadores. Por eso, no queda más que el carpe diem. Queda disfrutar de la programación que La 2 tiene preparada para este 2011, su docena de programas culturales de estreno, su otra docena de programas de participación ciudadana y servicio público, sus festivales de verano, su buen cine, sus óperas esporádicas, sus conciertos madrugadores, sus materiales de archivo, y sus noticias de las 8.

La viuda valenciana en Estudio 1 fue vista por 671.000 espectadores. Concha Velasco, después de dos años representando La vida por delante a teatro lleno, va por los 250.000. Así de importante es La 2. Que la disfremos con salud. Feliz año.

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