el periscopio

León / Lasa

Búlgaros y rumanos: iros a Australia

Ante el temor de que el fin de las barreras migratorias atraiga a medio millón de europeos del Este, Londres se entrega al arte de la disuasión

NO se alarmen, no es una proclama xenófoba de quien esto escribe, sino una noticia recogida en el diario inglés The Guardian sobre los planes ingleses, británicos, de frenar la avalancha de inmigrantes del este que se anuncia para los próximos meses. El periódico The Guardian, que se encuentra entre los dos o tres más serios del Reino Unido, se ha hecho eco de la preocupación del Gobierno británico, también de los ciudadanos ingleses, por qué no decirlo, sobre los casi 500.000 ciudadanos de esos países que se esperan para cuando se levanten las restricciones migratorias a finales de año. Según el diario, determinados ministerios británicos, en especial el de sanidad, están considerando la posibilidad de lanzar campañas publicitarias que adviertan a los búlgaros y a los rumanos que "en Londres las calles no están pavimentadas de oro". Quién iba a decir hace poco, en los años dorados de la construcción europea, que íbamos a llegar a estos extremos. Pero los tiempos que corren son lo que son y los ingleses, como siempre, lo tienen muy claro: primero los nuestros y luego, si sobra algo, los demás. Desde ese Ministerio de Sanidad se ha llegado a decir que el mismo no debe ser confundido con una Agencia Caritativa Internacional.

Lo curioso del asunto, no sé si también acertado, es que el sesudo periódico, en un paso adelante hacia la banalización que todo lo arrasa, ha propuesto a sus lectores que colaboren con las autoridades, y que manden sus particulares soflamas para intentar frenar o disminuir ese alud. Los carteles recibidos y publicados por el diario no tienen desperdicio ( The Guardian: Puting people off coming to Britain: your pictures): "Venid aquí y limpiad nuestros retretes"; "Nuestro clima es un horror y el verano no es fácil"; "Gran Bretaña es un gran basurero: id a Australia mejor"; "El alcohol es más barato en Francia (y el clima más agradable)"... Y cosas parecidas. Me temo que un tabú que se erigió como infranqueable terminada la II Guerra Mundial -el racismo- se está disolviendo como terrones de azúcar en un café, al socaire de estos tiempos difíciles dickensianos. Mientras los ingleses intentan ensanchar el canal de La Mancha todo lo posible, la Agencia de Empleo sueca anima a los jóvenes de aquel país a buscar trabajo temporal en verano en los litorales de España y Grecia, países donde el paro juvenil supera ya el 50%. La noticia, leída así, no deja de antojarse paradójica, dado los niveles de desempleo de los nórdicos, aunque pueda parecer una broma. Estoy seguro, en todo caso, que nosotros les recibiríamos con los brazos abiertos. Literalmente.

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