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alto y claro

José Antonio Carrizosa

Buscarse problemas

SI la Junta se empeña terminará teniendo un problema, y no menor, a cuenta de la designación de Sevilla como sede de la final de la Copa Davis. Lo tendrá porque pone en bandeja al Ayuntamiento y a Juan Ignacio Zoido un magnífico argumento para socavar la imagen del Gobierno andaluz en un momento en el que los socialistas lo que menos necesitan es, precisamente, hundirse aún más en la percepción que de ellos tiene la opinión pública. Vaya por delante que la consecución de la sede es un éxito de Zoido, que traerá beneficios indudables a Sevilla. También, que la Junta tiene razones para defender su postura de no dar un euro para la celebración del evento deportivo. El consejero Luciano Alonso lo ha explicado razonablemente bien: sería una inversión a la que Andalucía no le sacaría rentabilidad porque su marca quedaría sepultada en los compromisos de patrocinio que ya tiene la competición. Entre ellos, y de forma muy destacada, el de la Comunidad de Madrid. Es, básicamente, la misma explicación que se utilizó para la semifinal de Córdoba y la experiencia y hondura política de Alonso le habrán revelado que cometió un error y que le puso en bandeja a un Ayuntamiento del PP el facilón y muy rentable argumento del agravio.

Si aquí también lo hace, cometerá dos veces la misma equivocación y agravada porque Sevilla es la capital de Andalucía, estamos más cerca de las elecciones de noviembre y la repercusión mediática de todo lo que rodea una final de la Copa Davis es mucho mayor que la de una semifinal. Además, Juan Ignacio Zoido se ha demostrado un consumado especialista en buscar y rentabilizar, para los objetivos de su partido, cualquier posibilidad de enfrentamiento con la Junta que se le ponga por delante. Creo que no me equivoco si digo que lo seguirá haciendo hasta las elecciones autonómicas. En esta ocasión a Zoido se le da vía libre para que esgrima que el Gobierno de Griñán le da la espalda a un acontecimiento en el que un sector importante de la sociedad sevillana, espoleada por el propio alcalde, ha cifrado no pocas esperanzas para mejorar la proyección de la imagen exterior de una ciudad que lo necesita como el comer. Y se le da vía libre también para que se juegue la carta de que no se ayuda a la celebración porque el Ayuntamiento que ha logrado la concesión de la sede es del PP. En esa pelea, hoy por hoy, la Junta lleva las de perder. Lo haga como lo haga, el Gobierno andaluz debe estar presente en esta celebración porque si no estará haciendo un mal negocio. Y no están los tiempos para dilapidar capital. Tampoco el político.

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