SUENA a chirigota, y lo es en verdad, pero una de las sorpresas de los cuartos de final, ha sido el cajonazo a Los Kichi, chirigota del barrio de Santa María, que parodiaba en su tipo al alcalde de Cádiz. Puede que sea un indicio, dicen algunos, de lo que se le debería hacer al alcalded verdadero: darle otro cajonazo con una moción de censura.

Otra sorpresa ha sido la eliminación de la chirigota de Manolo Santander, Una especie en extinción (los chirigoteros), con la cual parece como si el jurado les hubiera dado la razón. Porque era una chirigota fiel valedora del compás del 3x4. Y también se comenta (medio en broma medio en serio), que quizá les haya perjudicado un pasodoble que fue como un piropo al alcalde de Podemos, algo que no se recordaba desde los remotos tiempos del alcalde José León de Carranza. Porque en el Carnaval se le ha arreado estopa a los alcaldes de Cádiz, desde el socialista Carlos Díaz a los de la popular Teófila Martínez. Por el contrario, con Kichi, este año se ha notado más dulzura. Y se atribuye a que muchos son amigos suyos desde que salía en las comparsas de Tino Tovar y después con Bienvenido.

Al margen de las cuestiones políticas, es evidente que el jurado no ha querido mosquear a ninguno de los grandes autores de las comparsas. Están los tradicionales, como Antonio Martín, el ya consolidado y fijo Tino Tovar, y el grupo que fue de Quiñones, con Faly Mosquera, al que ahora le escribe Kike Remolino; así como la comparsa de Rivas y Martínez, o el renacido grupo de Subiela. Y también los autores más críticos, como Juan Carlos Aragón, Los Carapapa y Martínez Ares, además de Bienvenido. Los únicos autores jóvenes que siguen son el Jona, que ya ha sido semifinalista; y Germán García, que entra como novedad.

Por si alguien dudaba todavía que 2016 es el año de comparsas, ahí lo tenemos. Cajonazos a las chirigotas, caiga quien caiga, y adelante los comparsistas.