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Cuchillo sin filo

Francisco Correal

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Calpe-De Felipe-Sanchís

Con dos días de diferencia se han muerto Calpe y Felipe de Edimburgo

Igual me tengo que comer mis palabras con patatas, que diría Jardiel Poncela, pero hoy es 14 de abril y es un buen día para proclamar la Realeza del Madrid en Liverpool, donde descansan los restos de Blanco White, mientras Dios salva a la Reina en la oquedad de su desconsuelo. Con dos días de diferencia se han muerto Calpe y Felipe de Edimburgo. ¡Qué sacrilegio mezclar a un futbolista con un rey consorte! Pero es tan perfecta la combinación que roza la justicia poética. El Espasa-Calpe era un juego de niños comparado con ese Larousse de quienes recitábamos de memoria la alineación del Madrid yeyé, sin cambios, sin extranjeros y con los puntos y coma que tanto le gustaban a Saramago, a saber: Betancort; Calpe, De Felipe, Sanchís; Pirri, Zoco; Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento. Una generación laminada por la Parca de la que sólo sobreviven Pirri, Amancio y Gento, Matusalén de Guarnizo.

Felipe de Edimburgo debería ser de Glasgow para que la analogía fuera perfecta. La ciudad donde el Madrid ganó la sexta y la novena de sus trece Copas de Europa. En 1960 contra el Eintracht de Fráncfort con goles de Puskas y Di Stéfano y la batuta de Luis del Sol. En la misma ciudad donde Cernuda, Luis de la Sombra, escribió Ocnos, el mayor monumento a la evocación de un paraíso perdido, esa urbe que el poeta del 27 llamó "vómito de niebla y fastidio". Respetadme, que diría Alberti, pero Cernuda y el Madrid son de la misma quinta de 1902, igual que el marinero en tierra que volaba sobre los ángeles. En 2002, justo un siglo después, fue Zidane el que asombró al mundo con su gol al Bayer Leverkusen. Dos triunfos del Madrid sobre los hijos y los nietos de aquellos alemanes frente a los que resistió Churchill.

El recuerdo del Madrid yeyé se activa con este puente aéreo entre dos aeropuertos que llevan los nombres de Adolfo Suárez y John Lennon. Al músico lo asesinaron el día de la Inmaculada de 1980, el año que el político de Cebreros, beatle de la Transición, quedó como el malo de la película con el referéndum del 28-F. La temporada que enlutó la muerte de Lennon, un yesterday de cuarenta años, acabó con la derrota del Madrid frente al Liverpool en el campo de los Príncipes de París por el gol de un tal Kennedy. En la novela de John Le Carré Un espía perfecto le dan un baño al Arsenal y uno sueña hoy con un baño al Liverpool, que lleva la piscina en el topónimo.

Por el Madrid yeyé, perseguido por un maleficio de ausencias como el que Caballero Bonald, de la quinta de la reina de Inglaterra, encontró en sus compañeros de la generación de los cincuenta de la que quedó como único superviviente, dicen que gracias a sus aplicaciones sin receta de Palo Cortado. Calpe-De Felipe-Sanchís. Cuando uno se aprendía las alineaciones de su equipo como los ríos, las comarcas o las cordilleras. El día que murió Adolfo Suárez, el Madrid perdió 3-4 con el Barcelona, con golazo de Iniesta, y mi hija Carmen aprendió a montar en bicicleta. Hoy es 14 de abril, son Días de Fútbol, como reza un poema del último libro de Juanjo Téllez.

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