DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Caparrós, claro objeto de deseo

En Bilbao temen que el corazón sea lo que determine la decisión del técnico y el sevillismo lo quiere repescar ya

IMAGEN de la BBK, la cara de Joaquín Caparrós inunda todos los chaflanes de Bilbao y San Mamés por sus cuatro esquinas se engalana también con la figura de este utrerano que ha calado hondo en un lugar tan complicado como el Bocho. Pasear con Joaquín por la Gran Vía o por las cercanías de su casa en la zona más cara del ensanche bilbaíno es una especie de eslalon en el que no hay picas sino gente que quiere fotografiarse con él o cazautógrafos que surgen de cualquier lado como surgen las setas tras la lluvia, por generación espontánea. O sea que para, con Joaquín, andar por Bilbao es una tarea asaz complicada, tela de complicada.

Se ha convertido Joaquín en un referente de algo tan cerrado como la sociedad bilbaína para cualquier mortal que no haya nacido entre los verdes montes que rodean a la ciudad. Tiene mérito que un tío de Utrera tenga por Indauchu o Deusto parecido predicamento que el de cualquier celebridad que haya vestido la camiseta del Athletic. Y es que en estos momentos, Joaquín tiene el mismo problema para circular por Federico Moyúa que el mismo Fernando Llorente, el mayor icono de la Bilbao futbolística. Joaquín ha logrado, además, un Athletic muy competitivo que atisba ilusionado un lugar al sol de Europa, algo impensable en los últimos tiempos.

Pero si Joaquín Caparrós tiene a Bilbao que le baila en la palma de la mano, el sevillismo no tiene en el horizonte a nadie como el utrerano para que saque del Sevilla todo lo que el Sevilla lleva dentro. Es un clamor en Bilbao que la noche del sábado estuvo Joaquín cenando con José María del Nido y temen que el técnico se deje llevar por el corazón, esa víscera tan sevillista para el utrerano. Del Nido dice que fue una cena amistosa y con la venia del presidente de Athletic Club, pero a nadie se le pasa por alto que otro entrenador que no sea Joaquín Caparrós sería una gran frustración para el sevillismo. De momento es imagen de la BBK, pero ¿por mucho tiempo?

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