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PASA LA VIDA

Juan Luis / Pavón

Cara a cara Griñán-Valderas sobre el robo de comida

IZQUIERDA Unida obtuvo en Écija 1.943 votos en las últimas elecciones andaluzas. Esos ecijanos cogían una papeleta de lista cerrada cuyo número uno era Juan Manuel Sánchez Gordillo, y le han dado su apoyo, les caiga simpático el parlamentario de Marinaleda o estén hartos de su doble faz como sempiterno cargo público y como subversivo de acciones mediáticas sólo para sostener su tinglado y no para resolver los problemas de fondo. Dado que IU es el partido que más reivindica la celebración de referendos, animo a Diego Valderas que organice uno en Écija para determinar si su militancia apoya o no la apropiación indebida y por la fuerza de alimentos en los supermercados de su localidad, invocando al Banco de Alimentos. Que ya son ganas de mancillar el buen nombre de la labor callada y solvente de sus voluntarios, que jamás perpetran una acción semejante para abastecerse.

Estoy convencido de que la inmensa mayoría de los simpatizantes ecijanos de IU se opondrían a desvalijar las estanterías donde ellos suelen comprar, y donde puede que trabajen algunos de ellos o sus hijos. Se negarían por principios y porque saben que están funcionando múltiples fórmulas públicas y privadas de asistencia y ayuda a las personas bajo mayor riesgo de pobreza y exclusión social. Y si dejan de funcionar por falta de fondos, hay muchas maneras sensatas de hacer política en las instituciones para resolver las situaciones más lacerantes. Así como acciones pacíficas e imaginativas de reclamar y protestar en la calle. Todo antes que descalificarse a sí mismos practicando el tercermundista chantaje.

El vergonzoso asalto a un Mercadona de Écija, más ominoso al ser instigado por un parlamentario, merece un acuerdo PSOE-PP para promover en la Cámara una reprobación de Sánchez Gordillo, quien hace muchísimo más daño a la imagen de Andalucía que todas las declaraciones juntas de Duran Lleida. Es muy hipócrita Valderas en la disculpa de su parlamentario talibán. ¿Qué diría si fuera obra de jóvenes de Nuevas Generaciones del PP? No valen medias tintas. O el vicepresidente de la Junta está en contra de la arbitrariedad, o da la orden de enviar a la Policía Autonómica a requisar por la cara en los ultramarinos.

Diego Cañamero perdió hace muchos años el norte como líder jornalero. Desde el SAT, Sánchez Gordillo y él quieren hacer ver a los suyos que son los conseguidores. Caciquismo a la inversa.

Gaspar Llamazares ha dado su apoyo a Sánchez Gordillo y considera que era un acto simbólico justificado en situaciones dramáticas. Pero en la provincia de Sevilla no ha habido ninguna cacerolada en protesta por tener hambre. Y a Llamazares ni se le ocurre hacer algo semejante en Madrid o en Asturias. Si le gusta el simbolismo, que le proponga a la cuadrilla de Sánchez Gordillo personarse en el domicilio de Valderas, en el de Torrijos, y en el de Griñán, y en el de Gracia, presidente del Parlamento andaluz, y expropien las viandas que tengan en la despensa.

El hábil califa de Marinaleda quiere convertirse en el líder de los pobres más pobres, entroncando con los arcanos sociológicos que mitifican a los bandoleros como El Tempranillo en la Sierra Sur de Sevilla. Pero no tiene ni idea de cuál es el censo de las personas en peor condición. Eso es materia de los profesionales y voluntarios de la asistencia social, que se dan de bruces a diario con familias sin empleo y desahuciadas, y que aplican el rigor a la hora de priorizar, y de evitar la picaresca que también merodea los derroteros de la miseria. A no ser que Izquierda Unida proponga en el Consejo de Gobierno andaluz que el criterio para ayudar consista a partir de ahora en meterle la mano a la cesta de la compra de quien se le ocurra a cualquier parlamentario apostado a la salida de un comercio, y repartir los manjares como le dé la gana.

El verdadero objetivo de Gordillo es poner en serias dificultades la viabilidad del Gobierno de coalición PSOE-IU, y tensionar el debate interno en IU para que elija entre hacerse corresponsables de los recortes y despidos desde los despachos de la Junta, o montar barricadas para culpar con facilidad a los demás de todos los males de la patria. Eso es perder la oportunidad de demostrar que gobernar es la mejor herramienta para sembrar progreso y justicia social.

El consejero de Turismo, el comunista Rafael Rodríguez, pide que no suban el IVA a los campos de golf porque son una fuente de empleo y riqueza. Y su compañero Sánchez Gordillo, de profesión revolucionario, amenaza con allanar más supermercados. Al presidente Griñán le parece una barbaridad y su vicepresidente lo ampara. No cabe mayor antagonismo. Es imposible gobernar bien con semejante incoherencia.

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