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Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Cari, di hola

La Roma del pan y circo se ha impuesto a Esparta también en política, lo que Vox quiere es una foto

La pareja del director general de la Agencia Andaluza de Educación, Manuel Cortés, entra en el despacho de su novio: "Cari, di hola". A ella no le gusta la decoración de este chiringuito de la Junta -agencias, fundaciones, consorcios, entes y otras mamandurrias- que el consejero Javier Imbroda le ha puesto al novio. Aquí hay que cambiar algunas cosas, cari, sigue explicando ella delante de la cámara de su smartphone. Con el estilo desenfadado pero prescriptor de las influencers, se graba y se graba, a ella y a su novio, y lo coloca todo en instagram. Andalucía, en emergencia educativa, cari, qué barbaridad, los niños estudiando en barracones como lo de los soldados en Afganistán. Cari, podemos cambiarle la decoración a las caracolas. Y ponerle un uniforme cool a los niños. Fundido en negro. Ella se disculpa.

Lo de la ella es anécdota, pero indicativo de la mediomanía que se ha extendido a todos los sectores sociales. Al parlamentario de Vox que explica por qué rechaza el Presupuesto del Gobierno andaluz no se le ocurre mejor argumento que solicitar una fotografía con Ciudadanos, y el portavoz naranja, Sergio Romero, le recomienda que se vaya a un estudio. Marín, ponle un like al chaval.

Movido sólo por un espíritu de concordia, propongo que Juan Marín y Elías Bendodo inviten a Serrano o a Alejandro Hernández a fotografiarse juntos en Bajo de Guía, o en la aldea del Rocío, donde el nuevo Gobierno andaluz se ha instalado un photocall para estos días de Pentecostés.

La Roma del pan y el circo se impone a Esparta también en la política, pero conviene que dejemos constancia del engaño masivo de las redes y tantas otras banalidades de formato digital. Una de las influencers de mayor éxito en Estados Unidos, una tal Airii, con cerca de tres millones de seguidores, ha intentado vender unas cuantas camisetas aprovechando su supuesto respaldo publicitario, pero sólo ha llegado a 36 prendas. Cuando ha colocado un mensaje de su frustración en la red, lo ha petado, lleva más likes que sevillanos en Chipiona. El porqué es sencillo, buena parte del éxito de estos prescriptores se basa en una falsificación, se dedican a comprar bots a para divulgar de modo automático sus estupideces con seguidores de plásticos. Por 10 euros, 10.000 followers, todos de mentira claro. Por eso hay que agradecer a la cari del director general que sea una persona de verdad, aunque tenga los pies en la nube.

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