Las empinadas cuestas

amparo / rubiales

Carmen Laffón

ESTA semana conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, todavía necesario porque la igualdad entre hombres y mujeres no es efectiva; la pasada celebramos el día en el que conquistamos la autonomía para Andalucía y un nombre propio me sirve para unir ambos acontecimientos: el de la Hija Predilecta, Carmen Laffón, porque representa los mejores valores de una persona y, además, mujer; a sus grandísimos méritos como pintora y escultora une una sensibilidad poco común y una autenticidad extraordinaria; es una andaluza de Sevilla, carente de divismo y con gran sentido común, en un mundo, el de la pintura, dominado por hombres.

Siempre me ha sorprendido, como evidencia de esa subordinación histórica de las mujeres, constatar las pocas pintoras que tienen cuadros en los museos de todo el mundo; comienza a haberlas, más o menos, cuando conseguimos la ciudadanía, en el siglo pasado, las que había antes eran, como siempre, las excepciones que, también en este caso, confirman la regla de la exclusión femenina; en cualquier gran museo las mujeres son las pintadas, pero no las pintoras.

Carmen es una pintora de la vida, en toda su amplitud, dibuja lo más cotidiano, un jarrón, o lo más grande, un paisaje, con la misma honestidad y emoción; sus cuadros no dejan indiferentes nunca y dan sosiego, algo que necesitamos en dosis masivas. Su distinción como Hija Predilecta era justa y necesaria, y más en estos momentos de tribulaciones que nos exigen mudanzas. Sus declaraciones, tras este reconocimiento, han sido tan discretas como es ella, pero igualmente eficaces: "Al reconocer el trabajo de una persona, esa persona se convierte en representante de otras. Por ejemplo, de las mujeres andaluzas que a las dificultades de su situación en la sociedad añaden hoy el padecimiento derivado de la crisis: la amenaza o realidad de los desahucios, el paro o los contratos basura que pesan especialmente sobre ellas. Que sea ésta la ocasión para que se reconozca su esfuerzo y se neutralicen sus dificultades".

Tenerla como Hija Predilecta es un gran reconocimiento para todas las mujeres de Andalucía. Estamos hartas de estereotipos, de lugares comunes, de desprecio hacia nuestras vidas. En Carmen Laffón se simboliza el esfuerzo inmenso que realizan todas nuestras mujeres que todavía ven como ser madres, trabajadoras, libres e iguales les resulta tan difícil. Antonio Banderas, otro Hijo Predilecto, lo dijo en su maravilloso pregón laico: "Andalucía hoy es una necesidad," para mujeres, hombres y territorios.

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