Las dos orillas

josé Joaquín / león /

Carnaval a la sevillana

TODOS los años, cuando llega el domingo de Carnaval, centenares de sevillanos se largan a Cádiz. No pasa nada, porque también muchos gaditanos viajan a Sevilla en Semana Santa y/o Feria. Pero se aprovecha la cuestión para recordar que el Carnaval, en otros tiempos, se celebraba en Sevilla. Y entonces surge la memoria histórica de las murgas de la Alameda. Tampoco hay que irse tan lejos. Otros sevillanos contemporáneos, como Antonio Pedro Serrano (vulgo El Canijo de Carmona), Lolo Álvarez Seda o José Antonio Alvarado han triunfado en Cádiz, emprendiendo ese camino de la autopista carnavalera que inició Salvador Fernández Julbez.

Lo curioso del caso es que después se organizan múltiples festivales de Carnaval en Sevilla, incluso en plenísima Cuaresma, como el anunciado para el día 14 de este mes, en el Auditorio de Fibes, titulado El Falla en Sevilla. No es que aquí no guste, sino lo contrario. Se ha tenido una habilidad extrema para desviar todo el Carnaval local hacia Cádiz, de modo que aquí nadie reclama una Zona Franca carnavalera propia para dragar el río de los problemas de Sevilla y que larguen fiestas a lo bestia, sino que se incorporan a la temática de allá. Y así se da el caso de que aparecen en el Teatro Falla varias comparsas y chirigotas de Sevilla capital, o de Alcalá de Guadaíra, o de Dos Hermanas, o de San José de la Rinconada, incluso de Morón o de Écija, hasta de Pedrera, y lo primero que hacen es poner como los trapos a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez. A pesar de que ellos (y ellas, pues también van comparsas femeninas) no pagan sus impuestos en la plaza de San Juan de Dios y les importa un rábano lo que debaten en los plenos municipales gaditanos.

Eso es una habilidad, indiscutiblemente. Mientras le arrean a la pobre Teófila, que está vacunada de espantos, estas criaturitas no cantan nada de sus ciudades y pueblos propios. Digo yo, pichita, que os preocuparán más las cosas de vuestros barrios y lugares más cercanos, ¿no? Los alcaldes de Sevilla (Zoido ahora, y antes Monteseirín) se escapan como si nada. Y no se escucha un sentido pasodoble a El Vacie, o que critiquen el gasto del mapping en Navidad mientras los pobrecitos niños no tienen juguetes en las Tres Mil.

Eso sí, en la Catedral, se organiza un triduo de Carnaval (con baile de seises), en desagravio por las ofensas. Será por las ofensas cometidas a 120 kilómetros.

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