LOS vientos de la ciclogénesis explosiva se han llevado al garete lo políticamente correcto y la dialéctica del Y tú más. Este es un resumen de lo acontecido.
El presidente de la Junta, y próximo secretario general del PSOE en Andalucía, José Antonio Griñán, considera públicamente una vergüenza para su partido y para el buen nombre de los ciudadanos el saqueo de Estepona dirigido por un alcalde auspiciado bajo las siglas socialistas. Griñán proclama el ¡Basta ya! y el ¡Nunca más!
El presidente del Partido Popular de Andalucía, Javier Arenas, que sueña con tomar las riendas del Gobierno autonómico, se arrepiente públicamente de haber dado alas a caciques como Juan Enciso, ex alcalde de El Ejido. Admite que esa no es la alternativa moderna y liberal que reclama la sociedad andaluza para dar luz verde a una alternancia.
El coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, Diego Valderas, califica de atroz dictadura el régimen castrista en Cuba y condena la muerte del albañil Orlando Zapata, en huelga de hambre por defender los derechos humanos. Valderas ordena a los cargos públicos de su partido suspender los viajes de simpatizantes a la isla caribeña, en solidaridad con los presos políticos.
La secretaria general del Partido Andalucista, Pilar González, explica a diestro y siniestro que la Andalucía que propugna va en sentido contrario a la grandeur de Pacheco en Jerez y a la de Rojas Marcos en Sevilla. Ya ven propios y extraños a qué nos lleva empezar la casa por el tejado. Y exhorta a sus correligionarios a olvidarse del nacionalismo arrogante y cateto. Que para imitar a Ibarretxe y a Carod ya están los cómicos.
Griñán, Arenas, Valderas y González critican por igual el transfuguismo de la madre de Leire Pajín, la declaración de bienes de Francisco Camps, la dictadura de Hugo Chávez y al sátrapa de Gadafi.
Sea todo lo anterior por Andalucía libre, España y la Humanidad.
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