Está demostrándose en este tiempo de pandemia y crujir de dientes que además de ser conveniente ponerle buena cara no sobra lo de que a falta de pan buenas son tortas. Y a falta de toros en estas tardes en que se acentúa la nostalgia viene bien la aparición de literatura taurina para que el cáliz resulte menos amargo. Y si ayer se presentaba en Cajasol un cuidadísimo libro de ambiente taurino con fantásticas fotografías salidas de los objetivos de tres buenas fotógrafas, hace unos días me llegó un libro en el que se combina el toro y la cultura mediante una recopilación de artículos que Joaquín Herrera del Rey fue publicando en un diario digital. Titulado Hablemos de toros... y de cultura se compone dicha obra de una serie de hechos y de anécdotas que hacen que se lea sin esfuerzo. Mientras la plaza sigue cerrada en estas tardes abrileñas, leer de toros es buen paliativo.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios