EXAGERACIONES como las del ultraderechista Le Pen aparte, sin tener por qué considerar anarco-trotskista dicha publicación y considerando una barbaridad incalificable el atentado yihadista, un servidor no es Charlie, claro que no. El "Yo soy Charlie"' hay que ponerlo en cuarentena porque a la vez que se condena el atentado hay que condenar con firmeza las prácticas de publicaciones como esa. No puede ser que en aras a la libertad de expresión valga todo y, ya sea una mofa a Mahoma como una procacidad con la Trinidad, no puede ser que se hiera la sensibilidad del creyente. El mal gusto siempre debe tratarse de erradicar para una convivencia en normalidad. Dicho lo cual me parece fantástica la reacción de las fuerzas de seguridad francesas, que muerto el perro se acaba la rabia. Ahora crucemos los dedos a la espera de que, al menos, la rabia amaine.