Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

Chirigota

POR un momento me parecía que Canal Sur había adelantado su tópica gala del 28-F. Aparecía por el escenario al aire libre David Bustamante entre los grititos de unas cuantas talluditas. Falsa alarma, era la final con luces y boato del Carnaval de Las Palmas, al que dedicó La 1 todo el trasnoche del viernes, sin interrupciones. Las agrupaciones, no por desmerecer sus valores musicales y cómicos, parecían orfeones escolares, pero el público insular se lo pasaba en grande. El público andaluz se ha acostumbrado a la calidad del Carnaval de Cádiz. Sin querer hacer sangre, por talento en música, letra e interpretación, los grupos gaditanos, entre los que ya incluimos a onubenses o sevillanos, rayan a mucha más altura que los canarios. Pero también se detecta complacencia entre los autores. Para el aplauso fácil abundan cada vez más las críticas demagogas a la Casa Real, que es curiosamente la única institución que no sufraga subvenciones, premios o contratos. En estas noches de sobredosis escucharán, por ejemplo, poca saña contra la Junta o contra las cajas de ahorro. Muchos cantan ahora cara al Cajasol. Si le echan al oído a los repertorios sacarán la conclusión de que la culpa de todo, de la corrupción, del despilfarro del dinero público e incluso de la guerra de Afganistán, la tiene el Príncipe de Asturias.

Para Telecinco también todo el año es Carnaval. En este chirigotero viernes Octavio Aceves admitía ante toda España que tuvo que dejar a su marido porque le ponía los cuernos. Y el tío no lo adivinó antes. En ese Sálvame de Luxe, digno de la Academia platónica, Lydia Lozano y Aída Nizar discutían sobre la conveniencia de llevar o no bragas. Hay que poner mucho ingenio sobre la mesa para proponer en Carnaval algo más delirante que nuestra teleirrealidad.

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