La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Los Conguitos: de bobos a majaderos

Sufrimos la asfixia propia de una sociedad ignorante donde la majadería vence a la sensatez

Definitivamente nos hemos vuelto majaderos. La campaña que denuncia racismo en la marca comercial de los Conguitos, esos cotizados cacahuetes bañados en chocolate que todos hemos tomado en nuestra niñez, demuestra hasta qué punto puede llegar la estupidez del ser humano. Lo peor es que esta sociedad se mueve a pendulazos, nunca hacia la búsqueda del equilibrio. Hemos pasado de la sociedad boba que enaltece las comodidades, la calidad de vida, no aguanta el calor y cría generaciones de churumbeles que no pueden vivir sin piscina, a la sociedad majadera que ve fascistas, racistas y homófobos en cada esquina. Más peligrosa aún es la que confunde la igualdad con la ideología de género. Los toros tienen la puntilla dada, nunca mejor dicho, y deben quedarles un cuarto de hora a los coches de caballos por maltrato animal. ¿Y qué me dicen de los donuts negros? ¿Estarán discriminados con respecto a los blancos? A la cofradía de los Negritos que le vayan quitando el nombre. Es racista. Esta sociedad del absurdo es asfixiante. Algún día, cuando pasen muchas décadas, alguien verá nuestros telediarios y sentirá vergüenza ajena, se reirá de nosotros o se llevará las manos a la cabeza. ¿Cómo pudieron derribar estatuas de Colón, plantearse quitar el nombre comercial de los Conguitos o anunciar una campaña de protección de las mascotas de la víctimas de violencia machista? Ustedes se sonríen hoy con los anuncios donde la mujer quedaba relegada al papel de sirvienta amable del marido, lista con las zapatillas y la copa de coñac para cuando el varón llega del trabajo. Eso no fue hace tanto tiempo. Por fortuna hemos evolucionado. Las mujeres dirigen grandes empresas, ministerios, naciones y ya son mayoría en muchos cuerpos de élite de funcionarios del Estado. Pero nos estamos pasando de rosca con determinadas idioteces. Y cuando esto ocurre con demasiada frecuencia es porque hay una sociedad majadera y alguien hace negocio. Son los dos factores que no fallan. Por fortuna para Felipe González, todavía no tiene estatuas en ninguna ciudad. A Isabel la Católica, por ejemplo, la dejarán sin canonizar, que era el objetivo que se quedó sin cumplir de la Embajada de España ante la Santa Sede del Gobierno de Aznar. Miedo, iniciativas de este tipo se quedarán injustamente varadas por miedo a la polémica, al estigma, al insulto. Ha vencido la majadería sobre la sensatez. Cuidado que te llaman fascista, cuidado que te llaman homófobo, cuidado que te ponen de machista. ¿Qué nombre sustituirá al de los Conguitos? Mera curiosidad.

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