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Crónica personal

Pilar / cernuda /

Consentimiento

LA ministra Ana Mato ha tomado la iniciativa de llevar al parlamento la elevación de la edad de consentimiento para mantener relaciones sexuales, hoy fijada en los 13 años y que pasará a los 16. Una propuesta que tendrá amplio respaldo no sólo por la aplicación de la mayoría absoluta del PP sino porque en la pasada legislatura el PNV lo había propuesto y contó con el apoyo de los restantes partidos aunque finalmente no se presentó a tiempo la propuesta. Hay consenso en considerar que a los 13 años no existe madurez suficiente como para impedir la influencia y capacidad de convicción de quien propone mantener relaciones sexuales, ni tampoco se ha alcanzado el grado de responsabilidad necesaria como para medir las consecuencias de esas relaciones.

Se trata de un asunto de enorme trascendencia social en la que sin duda se escucharán voces que se dejarán llevar por la demagogia y superficialidad con que se manejan conceptos como libertad y derechos individuales. Sin embargo, no hay más que echar una mirada alrededor para ver el perjuicio que han causado las relaciones sexuales en jóvenes-niños no suficientemente formados. La mayoría de los países de nuestro entorno o de nuestro nivel cultural han fijado la edad del consentimiento entre los 15 y los 17 años, de lo que se deduce que también en esos lugares han llegado a la conclusión a la que llegan quienes han asesorado al actual Gobierno.

La iniciativa, además, corta las alas a quienes buscan relaciones sexuales con gente sin formar y con frecuencia acaban directamente en la infamia de la pederastia. Una lacra que desgraciadamente no nos es ajena, no hay más que seguir las noticias para comprobar que los casos se producen con demasiada frecuencia, y el simple hecho de que Policía y Guardia Civil hayan tenido que crear expertos en detección de redes de pederastia demuestra que están ahí, que existen, aunque se hayan desarticulado algunas muy importantes. Por no hablar del turismo sexual de menores al que son adictos españoles que sistemáticamente eligen pasar sus vacaciones en países misérrimos que venden a sus niños por una cantidad ridícula de dinero.

Una vez que se apruebe la nueva edad las relaciones con menores será considerado abuso sexual. Un delito. Nada que objetar. Sólo una reflexión: sería buena idea que el Gobierno retomara un asunto del que hizo bandera cuando se encontraba en la oposición: la edad en la que un delincuente es considerado menor. Se trata de un "debe" a apuntar en la cuenta de Rajoy.

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