Fragmentos

Juan Ruesga Navarro

Contar Sevilla

SABEMOS que el antiguo refrán "el buen paño en el arca se vende" no ha sido cierto nunca y mucho menos lo es ahora. Quizás en una sociedad rural lo fuera para los dueños de la tierra, de los paños y del arca. Pero en la actualidad desde luego lo que no es visible, lo que no se comunica, lo que no se cuenta, prácticamente no existe para los demás. Por eso me preocupa tanto el hacer visible las cualidades de Sevilla. Las de siempre y las nuevas. Y hay que empezar por que los sevillanos conozcamos esas cualidades de nuestra ciudad. Y los andaluces. Y los españoles. Y los europeos y gentes de todo el mundo. Porque las negativas ya las cuentan en todas partes y nos las hemos ganado a pulso. Corrupción, burocratización, paro prácticamente endémico... Podrán decir que esos problemas son más andaluces que estrictamente sevillanos. Puede ser. Pero somos la capital política y administrativa de Andalucía para lo bueno y para lo malo. Es la otra cara de ser la sede del Gobierno autonómico y del Parlamento.

Se ha cerrado el año 2015 con unas extraordinarias cifras de visitantes. Pero, ¿qué Sevilla vienen a ver? Lo que se ve en un par de días de paseos por las calles más céntricas y monumentos. Y un par de almuerzos o cenas, con algo de flamenco. Prácticamente lo que vinieron a ver un par de siglos atrás tanto los viajeros ilustrados como los escritores románticos. No olvidemos que el turismo no es un invento sevillano, ni siquiera español. Sino de aquellos que quisieron conocer y saber como era el resto del mundo. Tampoco podemos olvidar que, por ejemplo, la Feria de Abril se creó, a instancia de concejales no nacidos en Sevilla, como mercado ganadero, aunque ahora vendamos relaciones y algunas cosas más, como hizo en su momento el Duque de Montpensier. Y tampoco debemos olvidar que toda esa época tuvo un feliz desarrollo porque el ferrocarril llegó a Sevilla por decisión de Isabel II. Vamos, como el AVE. Sevilla es una de las ciudades a las que mucha gente viene a echar un rato, perdón que vienen de turismo. No está mal. Pero no basta.

Entonces, ¿qué Sevilla hay que contar? La Sevilla de las tesis doctorales y los proyectos universitarios de investigación. La de las empresas sevillanas de servicios de primer nivel que están trabajando en todas partes del mundo. La de los logros artísticos y culturales. La de las empresas de alta tecnología. La de los éxitos quirúrgicos y de investigación en salud. La de los primeros niveles de educación. La de los congresos internacionales de gran altura. La de los acontecimientos del día a día que completan una agenda muy completa en todos los ámbitos. En general, todo aquello que destaca en cada actividad y que posiblemente es más conocido fuera de Sevilla que aquí. Me dirán ustedes: ¿y eso cómo se sabe?, ¿dónde se entera uno?. ¡Por eso hay que contarlo! Aunque también hay que contar los sevillanos que se han ido a buscar nuevos horizontes porque Sevilla no les daba una oportunidad o necesitaban algo más.

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