LOS patrocinadores de la Copa Davis a nivel mundial son, por orden de inversión, el banco francés BNP Paribas, Turismo de Madrid, Hewlett Packard, Rolex, Hugo Boss, NH Hoteles, Adecco y Wilson. Desde enero de 2008, en todas las eliminatorias, ya sea un Rusia-Suecia, un Chile-EEUU o un Alemania-Croacia, los telespectadores ven claramente el reclamo turístico Madrid about you, colocado en lugares preferentes por los que el tiro de cámara recoge a la fuerza el desarrollo del juego y sus pausas entre punto y punto. Para el periodo 2008-2010, el gobierno de la Comunidad de Madrid, con Esperanza Aguirre al mando, pagó 7.960.080 euros. Y ha renovado el patrocinio, al considerar que es una de las claves en el aumento del turismo extranjero hacia Madrid. Han calculado en 580 millones el coste que tendría contratar en países de todo el mundo el espacio publicitario que introducen en ellos vía televisión invirtiendo una cifra 72 veces inferior.

Esa es la gran paradoja que descoloca los tópicos políticos sobre la puja para ser sede de la final de la Copa Davis. Madrid se lleva el gran rendimiento mediático aunque se juegue en Sevilla. Por eso Barcelona no ha aspirado a un evento tan atractivo. Pero Madrid se queda sin el pelotazo de la final porque los jugadores no quieren disputarla en ella por su mayor altitud, que repercute en un desplazamiento más rápido de la bola y les quita ventaja en tierra batida. Por lo tanto, después de hacer caja la Federación Internacional con Madrid, la Española tiene que recaudar, en las diversas eliminatorias jugadas en casa, con ciudades que se presten a aceptar que la marca Madrid las eclipse en televisión. Háganse esta pregunta: en la semifinal España-Francia, ¿cuántos centenares de miles de franceses creen que se disputó en la plaza de toros de Madrid, al ver tantas veces en cada set la palabra Madrid? Muchísimos más que los informados sobre su celebración en Córdoba. Lo mismo sucederá con la final en la Cartuja: Madrid about you, Madrid about you...

No obstante, es bueno y rentable para Sevilla organizar la final de la Copa Davis. El impacto televisivo es un por aquí te quiero ver. Lo verdaderamente cierto e importante es que, de los 26.000 espectadores, unos 20.000 serán foráneos, como sucedió en 2004, y muchos estirarán su estancia gracias al puente de la Constitución. No hay que gastarse ni un euro en promoción, igual que no hizo falta para tener 65.000 espectadores con U2 en el Estadio. Ya están predispuestos a pugnar por las entradas y a viajar.

Si a la ciudad van a llegar por lluvia fina 35 millones para hoteles, restaurantes, bares, taxis y comercios, debe ser un comité local, compuesto por Ayuntamiento, Confederación Empresarial Sevillana, Cámara de Comercio y patronales sectoriales, el que ponga un millón de euros para el canon y para el resto de actividades promocionales y lúdicas en la calle (acertado avance respecto a la final de 2004, además, es la puerta para incorporar a más patrocinadores). Hablando en plata: ¿una ciudad que recibe 35 millones no es capaz de poner 1 millón como inversión que recupera de modo tan notorio y rápido? ¿Ser empresario consiste en poner la mano y que otro pague los gastos?