SER originales es difícil para muchos carnavaleros. Por otra parte, se ha extendido la idea de que las coplas con imaginación son bien puntuadas. También la frescura y actualidad. Sobre eso se podrían poner ejemplos de que no es así. No obstante, rizar el rizo se ha convertido en una costumbre, que se aprecia en las letras de las coplas. Va a más, según avanza el concurso, y alcanza su plenitud en las semifinales. En este pase es donde más arriesgan, porque entrar en la final es difícil. Hay que ser más originales que los otros.

En las coplas de este año se han apreciado matices curiosos. Entre los temas de actualidad más cantados están el acoso escolar y la violencia machista. Cada autor le ha intentado dar su sello personal. Unos han estado más afortunados que otros. En el caso de la violencia contra la mujer fue muy aplaudido el pasodoble de Martínez Ares en semifinales. Por el contrario, la letra de este autor sobre el himno de España es, como se suele decir, de coco y huevo.

Otros autores van a lo suyo, sin importarles lo que se puntúe, al menos en teoría. Es lo que hizo Antonio Martín con el pasodoble a su nieta, que incide en la línea familiar, siempre presente. Tino Tovar le dedicó uno a su madre. Otros asuntos de Estado han salido en las letras, como la independencia catalana, a la que se han referido varias, incluso pidiendo para Cataluña "un carajo", como hizo el coro de Julio Pardo.

Por el contrario, ha sido el año con menos críticas al alcalde, quizá porque es de Podemos, partido con el que simpatiza una parte de los autores, aunque no todos, y se nota en ciertas letras. Con Kichi, en general, han sido amables y bromistas. A la anterior alcaldesa, Teófila Martínez, le siguen lloviendo críticas. Y este año, como novedad, la comparsa OBDC La vida es bella le dedicó una letra contundente (y sorprendente) al portavoz municipal del PSOE, Fran González. Hay para casi todos. Aunque unas letras se comprenden mejor que otras.