CÁNTAME, eso es lo que parece que sólo hace nuestra televisión tan terrenal y terrestre en cuanto anochece. Dar el cante. Y Consuelo Berlanga, qué pena de ella, de llorica. Nivel Maribel.
La 1 estrenaba este viernes la selección para los Alcántara musicales que dentro de un año darán la nota por Madrid, para la escoger sólo un par de intérpretes: un fenomenal trampolín promocional en una TVE sin anuncios. La primera gala de Cántame cómo pasó fue un programa entretenido, con ritmillo (en serio, no es guasa) y sus aspirantes, por fortuna y a diferencia de otros de la competencia, vienen ya talludos y curtidos. La mayoría de las voces fueron audibles y oíbles. Y los cantantes en su mayoría, presentables, que no es poco. No es una mala relación la que se va a contonear por el burbujeante plató, con Anne Igartiburu en su papel habitual de afabilidad y corrección. Echamos de menos a un John Cobra que la pusiera en apuros. Entre los candidatos, claro, hay un sincero representante popular y superviviente telefónico, una folclórica de descansillo, una tal Teresa que compensa con efusiones y temperamento sus limitaciones. También hubo algunos fallos debido al directo, pero a los de la productora Ganga les quedó lucido este Cántame..., con una mecánica similar a Se llama copla y a sus hongos primos.
Cuando estábamos confiados, los del programa sacaron a los candidatos de Carlitos. En ese momento creímos que se iban a reproducir las pesadillas de los joselitos que inundan las cadenas privadas, pero, gracias al Cielo y a Oliart, sólo hubo una canción para los tres mocosos y se marcharon pronto. Uno de los aspirantes a Carlitos le llega a Igartiburu por el hombro, así que da la talla de sobra. Por un momento parecía que era Flo disfrazado. Falsa alarma. Corre, corre, caballito, cantaba. Uf.
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