Crónica Personal

Pilar / cernuda

Creer o no creer

ALFONSO Rus dice que nunca contó billetes, nunca estuvo en un coche en el que recibió el dinero que supuestamente recibió por una comisión, y afirma que la voz que aparece grabada no es la suya. Nadie le cree. Distintos dirigentes del PP valenciano que apenas tienen relación entre sí porque el PP en esa región está como está, mal, coinciden en considerar que el todavía presidente de la Diputación y alcalde de Játiva no es trigo limpio. Coinciden también en que sienten profunda vergüenza por sus trapicheos, y exigen que renuncie a sus cargos una vez que le han fulminado como militante del partido.

No tiene la menor intención de renunciar a sus actuales prebendas. Y no hay forma de quitárselas, sólo se le podría expulsar de la Diputación a través de una moción de censura, y no hay tiempo para ello ni conviene en plena campaña electoral; en cuanto a su candidatura a la alcaldía, es inamovible porque su nombre es el que ha quedado registrado en la Junta Electoral. Cosa distinta es que pueda ser elegido alcalde si la lista consigue la mayoría necesaria: sólo tendría su propio voto. Nadie en el PP, y nadie de otro partido, votaría a un personaje que ha llenado a su partido, a la diputación y a la alcaldía de bochorno.

El PP atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia, con las encuestas castigando a sus siglas, Ciudadanos pisándole los talones, Podemos convertido en una pesadilla y, lo que es peor, sin una línea de actuación que convenza a todo el partido y a todos sus dirigentes. La designación de Moreno como candidato en Andalucía, su pésimo resultado electoral, y la división de opiniones respecto a cómo debe actuar el partido ante la investidura de Susana Díaz, ha convertido al PP andaluz en una formación aparentemente desnortada, sin criterio sólido, sin una línea convincente de actuación. Pero lo peor para Rajoy y sus adláteres es que ese desconcierto impregna a todo el partido, y no ayuda a levantar el ánimo que las perspectivas electorales sean tan malas, lo que evidentemente enviará a casa a infinidad de altos cargos que aspiraban a mantener sus despachos oficiales.

En ese panorama inquietante para el PP las noticias de Valencia han sido demoledoras. Por descubrirse un nuevo caso de corrupción y porque además la reacción de Rus ha sido la de mantenella y no enmendalla, que si es siempre la peor de las soluciones, más lo es en política.

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