La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Cúrame despacio, que tengo prisa

Acierta Juanma Moreno al resistirse al decir que las "prisas en pandemia nunca son buenas"

Decía ayer que parece que vayamos a tientas. Lo confirmé leyendo nuestros titulares de ese mismo día: "Sevilla empieza a desescalar sin haber logrado frenar las muertes por Covid", "Andalucía registra su mayor cifra de muertos por Covid-19 de toda la pandemia". Es cierto que la tasa de incidencia está bajando. ¿Pero ello autoriza una desescalada? Alemania, con una incidencia acumulada de 176 casos por 100.000 habitantes en 14 días, mantendrá hasta el 7 de marzo las restricciones en vigor desde diciembre. En Andalucía es de 583 casos. La OMS ha advertido a España del peligro de una desescalada precipitada animada por la caída de contagios: "Reducciones relativas no significan que las tasas de transmisión sean bajas. En España vemos una caída relativa muy significativa, pero las tasas de transmisión se mantienen muy altas", ha dicho su responsable de emergencias, recordando que la "relajación" que dio paso a la nueva normalidad generó una "falsa sensación de seguridad" que provocó un "resurgimiento de casos", y concluyendo: "Este virus se aprovechará de cualquier oportunidad que le demos, se esparcirá rápidamente y se extenderá mucho más rápido de lo que pensamos".

513 españoles, de ellos 127 andaluces, muertos en 24 horas son muchos muertos, todos y cada uno con nombre propio, vida truncada y familias en duelo. La media diaria está en 488 muertes. Es como si cada día se estrellara un avión. Nos hemos acostumbrado a las cifras de muertos. Desde el inicio de la pandemia han muerto 64.127 españoles según las cifras oficiales y más de 88.000 según las estimaciones por exceso de fallecimientos.

Sé sobradamente que insistir en esto cansa, que cada vez más ciudadanos cambian de canal al poco de iniciarse los informativos con los datos de muertes y las imágenes de hospitales, que si el instinto de supervivencia física -movido por el miedo- invita a la prudencia, algo que podríamos llamar instinto de supervivencia psicológica -movido por la angustia- invita a ignorar en la medida que se pueda la realidad. Pero este es un recurso negado a las autoridades. Acierta Juanma Moreno al resistirse a las presiones pidiendo "prudencia y paciencia" porque las "prisas en pandemia nunca son buenas". "Festina lente", apresúrate despacio, decía Augusto. "Vísteme despacio, que tengo prisa" se cuenta que dijo Napoleón. Pues eso: apresurémonos despacio.

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