LAS siglas políticas de los sevillanos están en el centro izquierda. Los socialistas habremos tenido algo que ver en la valoración que hacen los ciudadanos de la ciudad porque desde 1999 llevamos gobernando la ciudad". Cierto lo último, pero perdiendo las elecciones y gobernando en coalición con los andalucistas (centro derecha pálidamente nacionalista) e IU (izquierda momificada). Pero en lo que se refiere a lo primero…

Si las siglas políticas de los sevillanos estuvieran en el centro izquierda Sevilla estaría bien conservada, en vez de seguir siendo intervenida con criterios del desarrollismo franquista (Encarnación); desfigurados sus espacios históricos (Alfalfa, plazas del Pan y San Lorenzo, Alameda); arrasado su patrimonio cotidiano (comercios, bares, cafeterías, con el laredicidio -o destrucción del Laredo- como ejemplo de mofa de las normas en las mismísimas barbas de Bernardo Bueno y el Ayuntamiento); y brutalmente tematizado el corazón de su casco histórico (entreténganse en contar cuántos bares hay del principio de Alemanes al final de Mateos Gago -hasta apropiándose del acerado- y después cuéntenme el cuento de los espacios saturados).

Si las siglas políticas de los sevillanos estuvieran en el centro izquierda, Sevilla no crecería tan caóticamente; los barrios no estarían tan mal comunicados y faltos de servicios; los modestos no estarían cayendo en la marginalidad, los marginales no serían el infierno que son y no se daría la paradoja de que en esta sociedad más interclasista se estuviera estructurando una ciudad urbanísticamente clasista.

Si las siglas políticas de los sevillanos estuvieran en el centro izquierda, Sevilla sería una ciudad verde; la peatonalización no sería una desertización que, como en el caso de la Avenida, se inició cortando los enormes árboles que convertían en un túnel verde el trayecto que iba de la Puerta de Jerez a la esquina de Santo Tomás; los parques y jardines estarían bien cuidados; habría árboles sanos en todas sus calles y no existirían tantos áridos desiertos como, por citar tres casos, Virgen de Luján, López de Gomara y la Avenida de la Constitución, cuya travesía revive la de Lawrence de Arabia por el yunque de sol.

Si las siglas políticas de los sevillanos estuvieran en el centro izquierda, la vida cultural de la ciudad sería otra, se apoyarían más los programas de calidad y no se subvencionaría la cultura-basura, no habrían desaparecido los festivales de jazz o de música de cine, no se habría destruido la gigantesca obra cultural de Manuel Rodríguez Buzón y no se habría abandonado la Orquesta Barroca de Sevilla.