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Crónica Personal

Pilar / cernuda

Dama de Hierro

HA muerto el mismo día que Sara Montiel. Una mujer icono en el Reino Unido y en el mundo, Margaret Thatcher, ha muerto el mismo día que una mujer icono en España. Y ha fallecido Thatcher cuando Cameron, premier como Thatcher, viajaba a España para entrevistarse con Mariano Rajoy.

Dos damas que han sido un referente en lo suyo, y que en el caso de Thatcher abrió puertas que hasta entonces solo abrían los varones. Thatcher, junto a Golda Meir, fueron llamadas "damas de hierro" por su coraje en los momentos de dificultad, probablemente mayor que el que demostraban grandes hombres de su época; de las dos se decía que "los tenían bien puestos", y no se referían precisamente a los ovarios. En aquella época, el valor y la firmeza de convicciones se consideraban atributos masculinos. Se había apartado del primer plano político debido a una enfermedad degenerativa que su hija diagnosticó públicamente como alzhéimer. Por si alguien de las generaciones siguientes a la suya no conocían bien su biografía, la actriz Meryl Streep se metió en su piel de forma tan asombrosa, tan magnífica, que logró el tercer Oscar de su carrera sin que nadie pusiera en cuestión que lo merecía más que nadie.

Thatcher, que aguantó sin que se le alterara el pulso una huelga minera de amplio apoyo social, y que se puso firme ante los dictadores militares argentinos que pretendieron ser soberanos de Las Malvinas y los derrotó de forma implacable, defendió con uñas y dientes los intereses del Reino Unido en la entonces Comunidad Económica Europea, impuso su criterio a los euroescépticos y transformó profundamente las estructuras económicas de su país para hacerlo más competitivo. Tuvo también envés en su biografía, como tantos otros políticos brillantes no supo retirarse a tiempo y fue forzada a hacerlo por su propio partido. Aun así pasará a la historia como una de las grandes mujeres británicas y una de las grandes gobernantes del mundo occidental.

Si su cabeza se hubiera mantenido clara hasta el final, quizá se habría dolido de la mediocridad que se vive hoy en la política, con muy escasas excepciones. Perteneció a una generación de dirigentes que anteponían el bien común a cualquier otro tipo de intereses, que luchó por una vida con principios y con valores, que tenía palabra y cumplía sus compromisos. Margaret Thatcher ha sido un referente para las mujeres, pero lo ha sido también para quienes defienden una determinada forma de comportamiento en los cargos públicos. Hoy pocos hay con su empuje, su preparación y su trayectoria.

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